Vasco de Quiroga nació en Madrigal de las Altas Torres en Ávila, España, por el año de 1470. Perteneció a una familia noble, su padre perteneció a una familia gallega, fue gobernador del priorazgo de San Juan en los Reinos de Castilla. Antes de 1502, Don Vasco Vázquez de Quiroga y doña María Alonso de la Cárcel heredaron a sus tres hijos las tierras que poseían.
Don Vasco aprendió las primeras letras en casa de sus padres, su infancia transcurrió en Madrigal. Realizó los estudios de Abogado en la Universidad de Salamanca.
Su biógrafo más cercano, Cristóbal Cabrera asegura que “sirvió durante muchos años en estado soltero y en calidad de juez en varios grupos de gentes, cristianos, judíos o sarracenos, tanto en España como de África.
En 1525, se encontraba con la importante comisión de juez de residencia de funcionarios en Oran y con una embajada pacifica ante los pequeños reinos de África.
En Oran supo de los cargos formulados al regidor de esa ciudad; Quiroga fue juez del Corregidor y de su lugar teniente, al final del proceso, don Vasco a su vez se defendió de los cargos que le hicieron estos.
En 1530, el licenciado Vasco de Quiroga desempeñaba una comisión en Murcia cuando recibió una comunicación del monarca español Carlos V, designándolo miembro de la Segunda Audiencia de México, por recomendación del arzobispo de Santiago, Juan Tavera y los miembros del Consejo de Indias: la empresa colonizadora de la Nueva España había hecho crisis por las inequidades de la Primera Audiencia.
En compañía de Juan Tavera y del Canciller de la Corte, se presentó ante el emperador Carlos quien acogió con beneplácito su decisión.
Fue Don Juan Tavera Arzobispo de Santiago, presidente del Consejo de Castilla y más tarde Cardenal de Toledo quien favoreció a Don Vasco de Quiroga.
Además de Juan Tavera aparecen otras personas relacionadas directa o indirectamente con Don Vasco, se piensa en una posible relación con el doctor Bernal Díaz de Liceo, Obispo de Calahorra, don Pedro Ponce de León, don Pedro de la Gasca, don Jerónimo Suárez, obispos todos ellos relacionados con Tavera e indirectamente con Quiroga.
Durante su estancia en España, sus primeros cuarenta años son determinantes para definir su obra, ya que vivió el tiempo más importante de su historia, los reyes católicos consiguieron entonces la unificación de sus reinos; con la toma de Granada se puso fin al dominio musulmán en la Península; se descubrió el Continente Americano y se inició la enorme empresa de la Conquista y la Colonia, la política española estableció las normas de Europa.
Ya se sabe que el obispo de Michoacán perteneció a un calendario anterior al Reconocimiento. Don Vasco de Quiroga salió del viejo mundo bajo un arco gótico y atravesó lo medieval con un sentido renacentista que sin ser una condición vital, fue una difícil, variada y temporal posición.
A Vasco correspondió presenciar el final del pensamiento y la ciencia medievales, de las contiendas y las epidemias que flagelaron a Europa durante el siglo XIV, de la apatía económica, de la inestabilidad política, de la disminución demográfica, de los trastornos espirituales y del estancamiento escolástico, volvió el humanismo helénico que lentamente apartó los influjos árabes y judíos aunque la ciencia no progresara, su deseo fue salvar la inteligencia acudiendo al origen de las ideas; así nació su humanismo, por su descontento con lo presente y la añoranza por un pasado sencillo y meritorio. Como humanista del siglo XV no fue inventor, se dedicó al estudio del viejo conocimiento griego o latino.
Conocimientos médicos
En sus ideas médicas, Quiroga tomó en cuenta la importancia del médico y así lo demostró después, en su obra hospitalaria.
Medicina renacentista o medieval, entre ambas, Vasco hubo de tratar médicos de distintas tendencias, no perdió nunca de vista el espíritu helénico, la visión clásica; la dificultad consistió en colocarse en el punto de intersección de la tradición cristiana y renovación renacentista.
Su creación hospitalaria se debió sin duda, a un sentido de caridad cristiana, algo que ahora hemos querido relacionar con nuestras necesidades sociales. Pero no fue el sentido medieval de la caridad el que influyó en sus acciones. Su proyecto fue condicionado al medio, quizás la reacción que este medio provocó en Vasco decidió la construcción Utópica, siempre apoyada en esos cuarenta años de vida española.
La historiografía de don Vasco, detalla sus intereses en religión, política, jurisprudencia e incluso, sociología; de sus actos, no obstante, la enorme empresa hospitalaria llevada a cabo, el renglón de la medicina, no ha sido explorando suficientemente. Y es que el tratar de analizar las ideas de don Vasco, no sabemos lo suficiente respecto a su educación; se perdió todo lo relativo a su enseñanza, no sabemos quiénes fueron sus maestros.
Resulta difícil comprender cómo Vasco se apasionó del humanismo, pero hay que considerar que desde que nació hasta los cuarenta años no hizo sino estudiar, aceptar y asimilar las tendencias de su tiempo y como cualquier hombre, le tocó la controversia entre dos generaciones.