En Chihuahua, a las siete de la mañana del 30 de julio, cayó ante el pelotón de fusilamiento el cura Hidalgo, considerado un reo de alta traición, para quien, cualquier muerte no castigaría la suficiente “atrocidad”.
Su cabeza es colocada en la Alhóndiga de Granaditas
Sacrificados en Chihuahua los ilustres caudillos Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Jiménez, fueron separados de sus troncos las cabezas y enviadas a Guanajuato, bajo la custodia del alférez José Ignacio de la Cuesta, donde fueron recibidas el 14 de octubre de 1811, según el informe de Calleja al Virrey Venegas:
“Ayer llegaron a esta ciudad las cabezas de Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez, y he mandado que, con el aparato posible, se presenten al público con una proclama alusiva a las circunstancias; y me parece conveniente que, respecto a la mayor seguridad que hay y debe existir siempre en esta ciudad, se fijen en ella por seria capital de la provincia teatro de sus primeras expediciones y atrevidos proyectos y donde son bien conocidos de todos; pues de enviarías a Dolores y San Miguel el Grande, se exponen a ser quitadas por las gavillas de insurgentes en algunas de sus entradas“.
Las cabezas se colocaron dentro de las jaulas de hierro fabricadas por Modesto Pérez (de los famosos forjadores de Marfil), se suspendieron de escarpias en los cuatro ángulos exteriores de Granaditas y se fijó en la puerta principal esta virulenta inscripción atribuida al Intendente realista Fernando Pérez Marañón:
“Las cabezas de Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Jiménez, insignes facinerosos y primeros caudillos de la revolución, que saquearon y robaron los bienes del culto de Dios y del Real Erario; derramaron con la mayor atrocidad la inocente sangre de sacerdotes fieles y magistrados justos; fueron causa de todos los desastres, desgracias y calamidades que experimentamos, y que afligen y deploran los habitantes todos de esta parte tan integrante de la Nación Española. Aquí clavadas por orden del Sr. Brigadier D. Félix María Calleja del Rey, ilustre vencedor de Aculco, Guanajuato y Calderón, y restaurador de la paz de esta América”.
Permanecieron ahí desde mediados de octubre de 1811 hasta el 28 de marzo de 1821, en que se les dio “cristiana sepultura, con la solemnidad del caso”, en el hoy suprimido cementerio de San Sebastián y por órdenes directas de don Anastasio Bustamante, a la sazón en Guanajuato, después de proclamarla independencia en la hacienda de Pantoja, jurisdicción de Valle de Santiago, y en el pueblo de San José de los Amoles (hoy Cortazar), actos en que intervinieron, respectivamente, el propio Bustamante y don Luis de Cortázar y Rábago, realistas furibundos al iniciarse en Dolores las luchas de independencia.
El encargado de bajar las cabezas de los insurgentes fue Fernando Pérez Marañón, el mismo a quien se le encomendara, años atrás, la virulenta leyenda y la colocación de las jaulas en la Alhóndiga de Granaditas.
Actualmente sus restos reposan en la Columna de la Independencia (el Ángel de la Independencia) en el Paseo de la Reforma de la ciudad de México, en donde arde perennemente una lámpara votiva, que recuerda el sacrificio de aquellos que dieron sus vidas por la Independencia de su Patria.
Fuentes:
- Libros que leyó Don Miguel Hidalgo y Costilla. Roberto Ramos. Gobierno del Estado de Guanajuato
- Revista 8 de mayo. Colegio de San Nicolás 1969. Año I; Época I; Morelia Michoacán; Núm. I.
- Forjadores de la historia de México. Ediciones Enigma, S.A. de C.V.
- Don Miguel Hidalgo y Costilla y su lucha libertaria de México. Tomo IV. Gobierno del Estado de Guanajuato
- Memorias de nuestra Nación. 8 de Mayo. Aniversario del Natalicio de Miguel Hidalgo y Costilla.
- Artes de México. Hidalgo y la Ruta de la Independencia
- Instituto Nacional de Antropología e Historia, México
- Museo La Francia Chiquita
- Colegio de San Nicolás
- Grupo Editorial Centenarios