Integra Benito Juárez su gabinete y recibe adhesión

A medida que los días transcurrieron fue integrando su gabinete con la llegada de los hombres idóneos paralelo a esta ciudad. Varias corporaciones gubernamentales se fueron haciendo presentes ante el Presidente Juárez, tanto a felicitarlo como a manifestarle su adhesión. En fecha posterior al 20 de enero, el ayuntamiento de Guanajuato hizo lo mismo. Después las autoridades de Irapuato, Pénjamo y otros lugares manifestaron al señor Juárez su unión y lo felicitaron por asumir el cargo.

Nace “El Constitucional”

Para dar a conocer oficialmente las terminaciones del gobierno de Juárez, se creó el periódico oficial que llevaría el nombre del “El Constitucional”; su primer número apareció el 28 de enero. En esta misma ciudad se publicaban el periódico oficial del Gobierno del Estado de Guanajuato, con el nombre de “EI Semanario Oficial”.

Aparte se publicaba el periódico “El juicio Público”, de corte Liberal.

“Sólo el Presidente Juárez permaneció sereno”

Juárez era amante de las artes escénicas, por lo que asistió, por lo menos en tres ocasiones, al teatro principal. EI 29 de enero, al representarse la obra “Una Constitución” y estando el coliseo totalmente lleno, se escuchó un gran trueno, como el disparo de un cañón.

Todo el teatro se estremeció; el pánico se apoderó del público y actores. Sólo el Presidente Juárez permaneció sereno. El público, en total desorden, trato de huir; las tropas se pusieron en movimiento, pues se temía el inicio de una revolución o intento de asesinar al Primer Mandatario de la Nación, como desde días antes se sospechaba y corrían rumores al respecto.

La calma se restableció, pues se supo y anunció que el estallido tuvo de origen en la explosión de una fábrica de pólvora ubicada en la calzada del Santuario de Guadalupe, propiedad del señor Filomeno Quintero, donde murieron cinco operarios.

Los ejércitos de los conservadores y contrarios al régimen liberal se acercaban a los campos del bajío guanajuatense; el gobierno juarista concentró sus tropas en los llanos y caserío de la cercana Salamanca y esperó el encuentro.

Deciden partir rumbo a Guadalajara

Eran los primero días de febrero. De México llegaban noticias desalentadoras. Los reaccionarios, encabezados por el espúreo Presidente Zuloaga, estaban organizándose para combatir a Juárez. Ya tenía órdenes Luis Osollo de salir, de inmediato, a perseguir con tenacidad a don Benito Juárez; vendría auxiliado por Miguel Miramón, Tomás Mejía, Francisco García Casanova, Luis Pérez Gómez, con un grande contingente de tropa.

Hubo consejos de ministros. Cambio prolongado de opiniones. Don Manuel Doblado hizo valiosas y muy prácticas sugerencias. Él conocía, palmo a palmo el Estado de Guanajuato. Lo más conveniente era sin dudar salir de Guanajuato, detenerse unos días en un pueblecito cercano a León. Allá vivía un grande amigo, don Macario Quesada, liberal de cepa, y en su casa podrían permanecer varios días sin peligro ni sobresaltos. Después, ya sobre planes bien meditaos, emprenderían el viaje a Guadalajara; porque aquella ciudad, por su importancia política, su situación geográfica en la región occidental, su relativa proximidad a la costa del Pacífico, podría ser el más seguro baluarte para causa liberal.

Se tomaron definitivas resoluciones:

  1. Don Santos Degollado quedaba encargado de reclutar gente en los Estados del Centro, Michoacán, Guanajuato, San Luis, y demás.

  2. Don Melchor Ocampo iría con encargados muy especiales a los Estados de Michoacán y México, para mantener y vigorizar el sentimiento patriótico del pueblo; establecer contactos con las tropas que aún permanecían leales al Presidente Juárez, organizar a un vasto sector, la defensa de las instituciones.

  3. El señor Presidente Juárez, sus ministros Don Manuel Ruiz y Don León Guzmán, y Don Manuel Doblado, saldrían de la ciudad de Guanajuato; en tres jornadas llegarían al pueblo, cuya hospitalidad ofrecía, convencido, el señor Gobernador Doblado. Conviene aclarar que constitucionalmente eras el Gobernante de Guanajuato Don Manuel, pero por aquellos días lo era interinamente el señor Licenciado José de la Luz Rosas.

El 13 de febrero de 1858 salieron de Guanajuato el Presidente Juárez, su gabinete, empleados, tropas de Querétaro, Guanajuato y Jalisco.

“La salida se verificó en la noche, en los guayines que tenían por nombre sillas de posta… e iban en esa vez con los lienzos negros echados, con criados que llevaban hachas encendidas a los lados del convoy fúnebre y que veían las gentes pasar en silencio, como si se tratara de las exequias a la libertad”, según dejó dicho don Guillermo Prieto.

“… a Vivir honrada medianía”

Entre los múltiples y valiosos legados de Juárez a los mexicanos, cito las palabras que dedicó a los políticos y servidores públicos de su generación y a los postreros:

“Los funcionarios públicos no pueden disponer de las rentas sin responsabilidades; no pueden gobernar a impulsos de una voluntad caprichosa, sino con sujeción a las leyes; no pueden improvisar fortunas ni entregarse al vicio y a la disipación, sino consagrarse asiduamente al trabajo, resignándose a vivir honrada medianía que proporciona la retribución que la ley haya señalado”.

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