La Cámara de la Industria del Calzado del Estado de Guanajuato en sus “Antecedentes de CICEG”, menciona que el Premio fue creado por:
“Un grupo de trabajadores lanza la idea de celebrar a San Crispín y San Crispiano, patrones del gremio, con convenciones entre obreros y patrones.
Desde 1910 se festejaban a estos santos patrones en la parroquia del señor de la Salud, en el Barrio Arriba, pero en los últimos años la tradición se ha transformado para reconocer con el galardón “San Crispín de Oro”, con el cual se galardona a industriales cuya trayectoria se ha desarrollado en beneficio del fortalecimiento del sector calzado”.
¿Quiénes fueron Santos Crispín y Crispiniano?
Según el portal Religión en Libertad:
Cuenta la leyenda que fueron dos hermanos romanos que acompañaron a San Quintín cuando este llegó a la Galia a predicar el Evangelio. Se establecieron en Augusta Suessionum, la actual Soissons, donde continuaron ejerciendo de zapateros, su profesión. De día anunciaban el evangelio y de noche reparaban los zapatos, gratuitamente, a los pobres…
En el año 285, o 286, el emperador Maximiano realizó una visita a Soissons, durante la cual se le quejaron los sacerdotes paganos acerca de la nueva religión cristiana, que les ganaba en fieles. Ambos hermanos fueron apresados y llevados a la presencia de Rictiovaro, gobernador que detestaba a los cristianos. Los sometió a diversas torturas que los santos sobrevivieron: les metió en agua helada, atados a ruedas de molino, pero no apostataron. Luego les puso en un cepo y les metió púas bajo las uñas, pero las aquellas se volvieron contra los torturadores, hiriendo a varios.
Fueron metidos en un caldero de plomo hirviendo, que no les causó daño alguno, aunque una gotita tocó el ojo de Rictiovaro, dejándolo ciego. Luego fueron metidos en una caldera con una mezcla de brea, grasa y aceite, donde cantaron himnos de alabanza y de donde les sacaron dos ángeles. Entonces Rictiovaro, celoso, quiso ver qué pasaba y probarlo también, así que se lanzó al caldero indignado y, claro, como en buena “passio” legendaria que se precie, terminó asado idiotamente. Para vengar al gobernador, el emperador mandó fueran torturados cortándole la piel en tiras, para finalmente ser decapitados. Los cuerpos permanecerían escondidos hasta que, terminada la persecución, fueron expuestos, enterrados y se levantó una iglesia en su honor.
Se asegura que sus cabezas se veneran en Roma, en la iglesia de San Lorenzo, mientras que sus cuerpos se veneran en Soissons.
Charola de Plata:
Este galardón se entrega a los proveedores que destacan por su participación en el crecimiento de la industria del calzado.
Algunos de los galardonados con el Premio San Crispín de Oro:
2020- José Antonio Abugaber Andonie
2019- Fernando Márquez Ponce
2018- José Carlos Gutiérrez Treviño (Q.E.P.D.)
2017- Joaquín Espinoza Camarena
2016- Ingeniero Juan Antonio Gutiérrez Obregón
2015- Rubén Cabrera Villalobos
2013- Empresario Ángel López García
Charola de Plata:
2020- Wilmar Nienow Herter
2019- Lic. Mario Alberto Moreno Muñoz
2018- Sergio González Pasini
2017- Pascual Hernández Padilla
2016- Mario Plasencia Saldaña
2013- José Trujillo Padilla
Fuentes:
Cámara de la Industria del Calzado del Estado de Guanajuato
Milenio
Periódico AM
Religión en Libertad
The Shoemaker World