Jesús García, el Héroe de Nacozari

Jesús García Corona, nació el 2 de diciembre de 1881 en Hermosillo, Sonora. Donde realizó sus estudios y aprendió el oficio de su padre, quien era mecánico. Por motivos de trabajo se estableció en Nacozari, cuando contaba con la edad de 20 años. A su llegada trabajó en las minas de cobre, donde fue miembro de la mesa directiva de la sociedad obrera. Su deseo era trabajar en los ferrocarriles, y comenzó a estudiar por su cuenta lo relacionado a maquinaria de vapor y locomotoras.

Solicitó su ingreso a la compañía de ferrocarriles como fogonero, siendo destinado al ferrocarril que cubría las rutas de Agua Prieta a Nacozari y Pilares. Tiempo después, ya ascendido a maquinista, Jesús García transportaba el producto de las minas y a los mismos trabajadores, quienes le tenían gran aprecio.

Jesús García se sacrificó por el pueblo de Nacozari

Un 7 de noviembre de 1907, a Jesús García Corona no le correspondía conducir el tren, pero su compañero Alberto Biel se reportó enfermo y tuvo que hacerse responsable de los tres viajes programados entre el pueblo de Nacozari y la mina de Pilares.

Era un recorrido de apenas cuatro kilómetros. Para asegurar la quema del carbón, la locomotora debía contar con un contenedor donde las chispas eran sofocadas con mallas; sin embargo, en esos días no funcionaba bien. La máquina realizó sin complicaciones el primer trayecto. Cuando iba de regreso por más carga, un mensajero abordó el tren a la altura de El Seis (caserío habitado por familias de trabajadores de las vías) para avisar a Jesús García que se necesitaba llevar más explosivos a la mina, diez toneladas de pólvora que se usarían para una ampliación.

Ya en Nacozari, García dejó a los ingenieros el trabajo de acomodar los vagones, entre los que estaban los dos cargados de explosivos, que por un error fueron colocados junto a la máquina. Jesús aprovechó para hacer una rápida visita a su madre, cuya casa se ubicaba cerca de la estación.

De regreso al sitio donde estaba detenida la máquina, Jesús García ayudó a uno de sus compañeros a encender el fuego, y, lentamente, la presión del vapor subió. Movió el convoy. El viento del norte empezaba a jugar con los remolinos de vapor. Librada del freno, la locomotora trabajaba contra el viento; las chispas vivas, emanadas del contenedor descompuesto, volaron sobre el motor y la cabina, llegando hasta los dos primeros furgones, cargados con cajas de dinamita.

“Oye, hay humo en el polvorín”, le gritaron a Jesús

Al principio el fuego fue notificado por la cuadrilla de trabajadores y más adelante, por simples observadores. Un jovencito, alarmado, intentó decir a Jesús lo que pasaba, pero su delgada voz no le permitió vencer el ruido de la máquina. Fue un obrero anónimo quien fuertemente le gritó: “Oye, hay humo en el polvorín”, frase que hoy se canta en uno de los varios corridos dedicados a Jesús García.

“¡Frena el tren!”, le gritaba Francisco Rendón, frenero encargado de dirigir los rieles a Pilares, con la idea de que entre todos los tripulantes pudieran apagar el fuego, pero a esa altura del trayecto no había agua.

Avivado por el viento que el andar del tren producía, el fuego se expandió. El aire fluyó a través de las cajas e intensificó las llamas. Cuando la esperanza se desvaneció por la intensidad del fuego, Jesús le pidió a la cuadrilla que lo acompañaba que se arrojara de la locomotora y le imprimió toda la fuerza. Romero saltó y rodó hacia la maleza.

A las 14:20 horas, un estruendo como temblor se sintió en Nacozari. La onda expansiva quebró vidrios y sacudió las casas. Tan grande fue la explosión, que la locomotora desapareció por completo. Jesús murió al instante, lanzado por el frente de la cabina.

De El Seis no quedó casi nada. Fueron 13 los muertos, entre niños, mujeres y obreros que se encontraban cerca de la vía. Pero, sin duda, fueron cientos los que salvaron la vida cuando Jesús García decidió alejar del pueblo el convoy en llamas.

La población a la que salvó recibió el nombre de Nacozari de García. Se han construido monumentos en su honor, escuelas y colonias en todo el país llevan su nombre.

Día del Ferrocarrilero

En memoria de Jesús García, el héroe de Nacozari, y por decreto presidencial desde 1944 se conmemora el Día del Ferrocarrilero cada 7 de noviembre.

Corrido dedicado al Héroe de Nacozari

En un fragmento del corrido Máquina 501:

el fogonero le dice:

Jesús, vámonos apeando

mira que el carro de atrás

ya se nos viene quemando.

Jesús García le contesta:

yo pienso muy diferente,

yo no quiero ser la causa

de que muera tanta gente.

Le dio vuelta a su vapor,

porque era de cuesta arriba

y antes de llegar al Seis

allí terminó su vida…

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll to Top