Escritor mexicano, Artemio de Valle Arizpe nació en Saltillo, Coahuila, el 25 de enero de 1888 y falleció en la ciudad de México el 15 de noviembre de 1961. Se graduó como abogado de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, en su ciudad natal.
De 1910 a 1912 fue diputado del Congreso de la Unión, representando el distrito de Comitán de las Flores, Chiapas, y después ingresó al servicio diplomático como secretario en las delegaciones de México en España, Bélgica y Holanda.
Gracias a su estancia en España pudo tener contacto con el Archivo de Indias, que le serviría de base documental para gran parte de sus novelas ambientadas en la época colonial mexicana.
Debutó en la literatura con Ejemplo en 1919, una novela en la que indagaba en los orígenes mexicanos utilizando la reconstrucción histórica. Fue un autor muy prolífico, con un estilo que muchos definieron como churrigueresco y barroco, pero que destacaba sobre todo por las grandes investigaciones que tenían detrás sus hojas.
En España formó parte de la Comisión de Investigaciones y Estudios Históricos, ahí tuvo acceso al Archivo de Indias y tras este contacto despertó su interés por la época colonial.
Tras viajar por Italia, Francia, Alemania e Inglaterra, regresó a México para desempeñarse como secretario de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
A decir de la crítica especializada, su obra ensayística pertenece a la corriente literaria del Colonialismo, que nace como consecuencia del movimiento armado y del espíritu colonialista de la Revolución.
En 1937 fue designado Cronista Oficial de la Ciudad de México.
Su actividad como historiador lo llevó a ser miembro de las Academias de Historia de Colombia y de Ecuador.
Entre su extensa obra, compuesta por más de medio centenar de libros, muchos de los cuales son la recopilación de los artículos que publicó en la prensa, destacan: “Vidas milagrosas” (1921), “La muy noble y leal Ciudad de México, según relatos de antaño y hogaño” (1924), “Del tiempo pasado” (1932), “Amores y picardías” (1932) y “Virreyes y virreinas de la Nueva España” (1933).
Además de “Historias de vivos y muertos. Leyendas, tradiciones y sucedidos del México virreinal” (1936), “El Palacio Nacional de México” (1936), “Por la vieja Calzada de Tlacopan” (1937), “Cuentos del México antiguo” (1939), “Cuadros de México” (1943), “La Güera Rodríguez” (1949), “Personajes de historia y leyenda” (1953), “De la Nueva España” (1954) y “Memorias” (1960), entre otras.
Fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua desde 1924 y en 1933 le correspondió la silla con la letra X.
Fuentes: Lecturalia. Academia Mexicana de la Lengua. El Siglo de Torreón.