Alejandro Santiago

Alejandro Santiago nació el 22 de abril de 1964 en Teococuilco, Oaxaca, a 60 km al noreste de la Ciudad de Oaxaca. Cuando tenía 9 años, se mudó con su familia a la Ciudad de Oaxaca.

Estudió en el Centro de Iniciación Artística en la Ciudad de Oaxaca. Interesado en seguir estudiando pintura se inscribió en el Taller de Arte Rufino Tamayo, que dirigía el maestro Roberto Donis y logró conseguir una beca. Allí fue donde se convirtió en pintor.

Luego ingresó por un corto tiempo a la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Oaxaca, en donde conoció al maestro Shinzaburo Takeda, un pilar académico en esa institución, quien era egresado de la Universidad de Bellas Artes de Tokio, y en 1963 se mudó a México, para continuar sus estudios en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, a lado de Luis Nishizawa.

En 1985, presentó su primera exhibición individual en la Galería Sol y Luna, en la cual la Fundación Rockefeller adquirió tres de sus obras.

En 1989 fue seleccionado para un programa de intercambio cultural de la Embajada de Estados Unidos, por medio del cual obtuvo una beca que le permitió viajar a Nueva York, Boston, Washington y Santa Fe, para compartir sus experiencias con estudiantes de habla hispana de escuelas de enseñanza superior.

Posteriormente visitó Seattle, Portland y San Francisco, en donde estableció contacto con galerías; así la proyección de su obra alcanzó foros internacionales.

Otro evento importante en su trayectoria fue su participación en 1993 en la exposición colectiva Europalia 93, que tuvo lugar en Bruselas, Bélgica; en consecuencia, en 1994 recibió invitación de la Galerie Baudoin Lebon para exponer en Paris.

Obtuvo un respaldo económico para viajar a Paris y la galería le asignó un estudio entre Rue Matignon y Champs-Elysées, donde pintó las obras para la exhibición. Un año más tarde Alejandro viajó nuevamente a París llevando consigo a su familia; la estancia se extendió durante dos años.

2501 Migrantes

Tras viajar varios años por Francia y Estados Unidos, regresó a la Ciudad de Oaxaca donde estableció su estudio y en un rancho cerca de la comunidad de Suchilquitongo desarrolló sus proyectos de escultura. Descubrió que Teococuilco, su comunidad de origen, estaba cada vez menos poblada a consecuencia de muchos años de migración, ahí encontró una gran inspiración a través de la cruda realidad que él mismo experimentó, la cual le llevó a realizar su obra más importante titulada “2501 Migrantes”. Su manera de representar el fenómeno de la migración en una serie de esculturas que simbolizan las almas de 2500 +1 paisanos que estaban ausentes de Teococuilco y añadió una más, la suya propia, colocada como testimonio de su regreso.

A partir de 2008, empezó a trabajar en otro proyecto, la elaboración de 380 esculturas, hechas en metal, vidrio y madera, inspiradas en el diablero, la persona que maneja una carretilla de dos ruedas conocida como diablito, utilizada para cargar mercancías en los mercados. Este proyecto fue titulado “El Golpe”, esto porque cuando se lleva el diablito entre las multitudes de los mercados, los diableros gritan a modo de advertencia “Ahí va el golpe”.

Alejandro Santiago entregó su vida al arte y a ayudar a su pueblo. Fundó el Centro Escultórico La Telaraña y becó a jóvenes para que se acercaran a las artes como lo hizo él desde temprana edad.

Junto con Alcides Fortes abre en el 2008 la Galería Nudo en San Miguel de Allende.

Alejandro Santiago murió un 22 de julio del 2013 en Oaxaca, a causa de un ataque al corazón.

Entre sus exposiciones individuales más importantes se encuentran Alejandro Santiago – Familias Migrantes (Plaza Juárez de la Ciudad de México, 2011), Alejandro Santiago – 2501 Migrantes (Fundación Monterrey, 2007), Alejandro Santiago (Monterrey N.L., 2007), Alejandro Santiago – 2501 Migrantes (Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca, 2006), Alejandro Santiago – Fragmentos (Museo Casa Diego Rivera, Guanajuato, México, 2005), Alejandro Santiago (Galería Baudoin Lebon, París, Francia, 1994), Alejandro Santiago (Galería Baudoin Lebon, París, Francia, 1985).

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