Nació un 24 de julio de 1898 y se convirtió en la piloto de avión más famosa de la historia de la aviación. Amelia Earhart se hizo famosa mundialmente como una mujer pionera, con un espíritu aventurero que la llevó a protagonizar algunos de los hitos más importantes de la aviación en la época.
Desde niña mostró un espíritu audaz e incluso temerario. Le gustaba montar a caballo, trepar a los árboles, correr por todas partes.
“Me gustaban todo tipo de juegos y deportes —escribió en su autobiografía—. No tenía miedo de probar incluso aquello que los adultos en aquellos años consideraban solo de varones. Me gustaba experimentar y probar cosas nuevas”. (Amelia Earhart. La intrépida aviadora que conquistó al mundo con sus hazañas casi imposibles (RBA, 2019), escrito por la argentina Ana Llurba)
El 15 de mayo de 1923, “a solo nueve semanas de cumplir los 26 años, Amelia obtuvo la preciada licencia de piloto de la Federación de Aeronáutica Internacional”, que solo había sido otorgada a otras 15 mujeres en el mundo.
Desde entonces, su carrera fue en ascenso:
“Ella fue la primera mujer aviadora que cruzó el océano Atlántico, desde Estados Unidos hasta Gales e Irlanda”, primero en compañía de dos hombres y posteriormente sola”.
“También fue la primera en atravesar el océano Pacífico en solitario, uniendo Honolulu, en Hawái con Oakland, California, en un vuelo sin escalas. Además, consiguió varios récords de altura y velocidad atravesando el país de punta a punta, entre la superación de muchos desafíos más, como unir Los Ángeles, Ciudad de México y Nueva Jersey por aire”.
Enfermera en Canadá durante la Primera Guerra Mundial, Amelia también fue maestra y escritora, para lo cual contó con la ayuda del editor George Putman, quien se convertiría en su esposo.
Una mujer piloto pionera en la época
Después de comenzar la Primera Guerra Mundial, Amelia atendía como voluntaria a los pilotos heridos. Fue ahí cuando despertó en su cabeza la idea de convertirse en piloto de avión. Finalmente decidió que quería aprender a volar, y lo hizo bajo la tutela de otra pionera en el mundo de la aviación, Neta Snook. Logró su propósito, y compró su primer aeroplano, al que llamó El Canario, y con el que consiguió establecer su primer récord de altura al volar a 14.000 pies (4.226m)
Al conseguir su licencia como piloto de aviones y se unió a la Asociación Aeronáutica Internacional. Poco a poco su prestigio fue creciendo dentro del sector, hasta el punto de ser considerada como uno de los mejores pilotos de avión estadounidenses. Esto la llevó a recibir una oferta para formar parte de la tripulación para cruzar el Atlántico, convirtiéndose en la primera mujer en hacerlo. Llegado este punto, Amelia Earhart ya era una celebridad, y lo aprovechaba para promover el uso comercial de la aviación, y para reivindicar la figura de la mujer en el mundo de la aviación, un sector donde hasta entonces, la mujer había tenido un protagonismo escaso.
Fue en 1935 cuando Amelia realizo su hazaña más recordada, realizando una travesía desde Hawai hasa California, con un recorrido mayor que la distancia que separa a Estados Unidos de Europa, siendo el primer piloto en realizar en solitario este vuelo sobre las aguas del Pacífico, algo que nadie había conseguido antes. Ese mismo año volvió a establecer un nuevo récord para su casillero, esta vez de velocidad, al completar un vuelo sin escalas entre México y Nueva York, trayecto que completó en poco más de 14 horas.
El último vuelo de Amelia Earhart
El afán de superación llevó a Amelia a anunciar la que sería su última aventura: completar la vuelta al mundo eligiendo unos itinerarios distintos a los que se usaban por aquel entonces. Lo haría siguiendo la línea del ecuador en lugar de las etapas cortas por el hemisferio norte que «era lo habitual». En la penúltima etapa de su viaje, se perdió todo contacto con su avión. A día de hoy aún se especula con lo que pudo pasar y dónde se produjo el accidente si es que hubo uno.
Fogueada en numerosas aventuras, el 20 de mayo de 1937 partió de Oakland con Fred Noonan para darle la vuelta al mundo en el avión Electra.
El 2 de julio de 1937, Amelia Earhart y su compañero piloto Fred Noonan, siendo las doce del día, despegaron del aeropuerto de Lae, en Nueva Guinea, hacia el Pacífico; era la última parada antes de llegar al destino previsto. Habían completado 35 mil kilómetros y les faltaban 11 mil para regresar a Oakland, pero eso nunca sucedió.
Hubo muchos esfuerzos por encontrarlos, pero todos fueron infructuosos, Amelia y Fred desaparecieron para siempre en las aguas brillantes del Pacífico, pero nada ha logrado borrar la leyenda de esta pionera de la aviación.
Fuente: Milenio, Aviation Group