Antonio Rivas Mercado, artífice del Ángel de la Independencia

Antonio Rivas Mercado era originario de Tepic, Nayarit, nació el 26 de febrero de 1853. Realizó estudios en México, Inglaterra y Francia, además de ser considerado un representante de la arquitectura mexicana de finales del siglo XIX y principios del XX, fue uno de los responsables del emblema nacional cimentado en 1909 en Paseo de la Reforma para celebrar el centenario de la Independencia.

Sus padres fueron Luis Rivas Góngora y Leonor Mercado Camacho.

Fue el menor de ocho hermanos y dos medias hermanas. A los 11 años su padre lo envió a Londres bajo el cuidado del socio de éste, Eustaquio Barrón Escandón y, posteriormente, vivió en Francia con su tía Elena. Antonio estudiaría en el Colegio Católico de Stonyhurst, la secundaria en el Liceo de Burdeos y años más tarde, arquitectura en les Beaux-Arts de París e ingeniería en la Sorbona.

Tras una visita a España, el arquitecto nayarita fue influenciado por el arte mozárabe, el cual adoptó para sus diseños arquitectónicos; de vuelta a México, a partir de 1879, se dedicó a la docencia en las áreas de ingeniería y arquitectura.

Su vinculación con el arte se dio entre 1903 y 1912, tiempo en que fue director de la Academia de San Carlos, incluso consiguió una beca a Diego Rivera para estudiar pintura en Europa.

A su regreso a México, en tiempos de Porfirio Díaz, el presidente interino Manuel González le encarga la terminal de la aduana de ferrocarriles en Santiago Tlatelolco.

Además del diseño de la Columna de la Independencia, Rivas Mercado es el creador de casas de la calle Londres núm. 6, que actualmente alberga un museo, así como construcciones de la calle Héroes núm. 45, en la colonia Guerrero, y la ubicada en avenida Juárez núm. 18, en el Centro Histórico.

Rivas Mercado se hizo cargo de la restauración de la fachada del Antiguo Ayuntamiento capitalino, el edificio de la Aduana de Ferrocarriles en Tlatelolco, de la entonces presidencia municipal de Tlalpan, el Panteón Francés de la Piedad y la decoración de algunos salones del Palacio Nacional.

Columna y mausoleo

Probablemente su trayectoria influyó en la decisión de Porfirio Díaz para que lo eligiera en el proyecto de construcción de la Columna de la Independencia, cuyo diseño original fue de los arquitectos estadounidenses Cluss y Shultz.

La ingeniería estuvo a cargo de Guillermo Beltrán y Puga, Gonzalo Garita, Luis Zavaterelli y Manuel Gorozpe, mientras que las esculturas que la adornan fueron obra de Enrique Alciati. Para simbolizar el espíritu de la Independencia se escogió la figura de una victoria alada, la cual es comparada con un ángel.

La construcción del monumento se inició en enero de 1902, pero cuatro años después la Columna se desplomó, por lo que tuvo que iniciarse una nueva cimentación que se terminó en 1909, previo a los festejos del primer centenario del México independiente el 16 de septiembre de 1910, fecha de su inauguración.

El monumento también habría de servir como mausoleo, ya que en 1952, por instrucciones del presidente Plutarco Elías Calles, las urnas de los “beneméritos de la patria”, que hasta entonces se habían resguardado en la Catedral Metropolitana fueron trasladadas a la Columna.

Algunos de los restos que se depositaron en su antecámara se atribuyen a Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama, Vicente Guerrero, Mariano Matamoros, Leonardo y Miguel Bravo, y Hermenegildo Galeana.

La obra de Rivas Mercado contempla también el diseñó de otras construcciones, como el Teatro Juárez de Guanajuato; sin embargo, su nombre quedó ligado al famoso monumento que se encuentra en avenida Paseo de la Reforma.

A la par de su desempeño como arquitecto, incursionó en la política al ser diputado federal en el estado de Guanajuato de 1884 a 1910.

En el ámbito educativo formó varias generaciones de arquitectos en la Academia de San Carlos, en la que fue nombrado director en 1903 y hasta 1912.

Al caer la dictadura prosigue con su intensa vida profesional al tiempo que observa cómo el país entra en una etapa de transición en su estructura económica, política y social, producto de la Revolución Mexicana.

Decide viajar a Europa con sus hijos durante casi tres años, para volver a México en 1926, a su casa de la calle Héroes 45, donde muere el 3 de enero de 1927, poco antes de cumplir 74 años de edad.

Fuentes: INBAL, Casa Rivas Mercado. Fotografía UNAM.

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