El 4 de octubre de 1950, y después de visitar varias ciudades del país, llegó a León la monumental Cabeza Misionera de Cristo Rey antes de que fuera colocada en el cuerpo de la figura majestuosa para ser llevada hasta donde hoy se encuentra.
Se dice que a su llegada a la Calzada, ya era esperada por cientos de leoneses. Los niños vestían de blanco y al pasar la cabeza, le arrojaban flores, mientras los mayores oraban de rodillas. La camioneta en la que iba, avanzaba a vuelta de rueda, pues además de que se había reunido mucha sociedad leonesa, la cabeza bañada en bronce, tenía un peso de 1,547 kilos.
La manifestación devota dio una vuelta a la Plaza Principal, después por distintas calles del Centro, para por fin llegar a la Catedral. Permaneció en este recinto hasta el 9 de octubre, para después viajar a Silao y finalmente a la montaña.
También se cuenta que el día 9 de octubre, fecha marcada para retirarse hacia Silao; pasó por la Cárcel Municipal, donde las azoteas y ventanales lucían repletos de todos los que ahí pagaban sus crímenes. Los gritos de peticiones en favor suyo se escuchaban durante su trayecto.
Fuentes: Bonito León.
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