PRESENTACION
En 1939, hace sesenta años, como consecuencia de la Guerra Civil y del triunfo de las fuerzas nacionalistas del General Francisco Franco y como consecuencia de la derrota del ejército republicano, se produce el mayor drama de la España contemporánea. La cultura se divide y una parte significativa de su inteligencia parte al destierro.
El exilio español o la inteligencia transterrada se dispersa por Europa y por América. Los poetas, como los pensadores y los políticos, inician un largo exilio que, en la mayoría de los casos, dura toda Ia vida. Con la guerra y con el destierro, los programas poéticos de la generación de Antonio Machado y de Federico García Lorca, que desde principios de siglo tienen cierta vigencia en las letras de España, se suspenden.
La poesía en el exilio inicia, en condiciones adversas y en diversos ámbitos geográficos, un proceso de autoconfirmación y la poesía del interior, asumida en su mayoría por los jóvenes y a pesar de las restricciones impuetas por el nuevo régimen político de carácter autocrático, busca la realización de un programa propio. La tradición y un fuerte espíritu religioso, a partir del reconocimiento de la poesía de Garcilaso y de San Juan de la Cruz, forman parte de este nuevo programa.
La poesía del exterior, heredada del humanismo de Machado y del afán innovador de la vanguardia iniciado por Juan Ramón Jiménez, toma como punto de partida una concepción del mundo que los propios pensadores en el exilio, desde la reflexión que surge necesariamente como consecuencia de la distancia que impone el destierro, tratan de explicar. Las ideas de los pensadores coinciden, en lo esencial, con Ia visión del mundo de los poetas. Para ambos, el tema de España expresa la noción de una cultura.