La incesante búsqueda de lo sagrado, lo místico, lo erótico y lo cotidiano, consolidaron el estilo de Concha Urquiza (1910-1945), poeta michoacana quien privilegió el ímpetu de su lírica clásica sobre cualquier pretensión intelectual, así como la pasión de su poesía que logró comunión entre el amor y lo religioso, y rebasó los clichés que hay en el mundo femenino con una luminosidad difícil de encontrar en la poesía moderna.
Concha Urquiza o María Concepción Urquiza del Valle considerada por poetas como Gabriel Zaid una de las grandes poetisas mexicanas, después de Sor Juana Inés de la Cruz, nació en Morelia, Michoacán, el 24 de diciembre de 1910. Fue profesora de Historia y Literatura en San Luis Potosí, además de militante del Partido Comunista hasta 1937, cuando se convirtió al catolicismo.
A los 12 años publicó los poemas Tus ojeras y, a los 13, Canto del oro y Conventual en la Revista de Yucatán y Revista de Revistas. También colaboró en publicaciones como Ábside, Aula, Juventud, Labor, Logos, México al Día, así como Rueca y saber.
Participó de forma activa en movimientos comunistas y partió a los dieciocho años a Nueva York, donde trabajó en el Departamento de Publicidad de la Metro Goldwyn Mayer; Concha frecuenta la vida bohemia de los barrios de Nueva York, donde traba relaciones con los anarquistas, así transita de la militancia en el comunismo al anarquismo crítico, terminando en una insatisfacción existencial que creyó sólo podría resolver en la vida religiosa.
A su regreso a México escribe el guion de la película Corazón Diario de un Niño, dirigida por Alejandro Galindo, y continúa escribiendo poemas y dirigiendo obras de teatro con niños y adolescentes en torno a la vida religiosa.
Viene a vivir a San Luis Potosí, donde tiene una activa participación en la vida cultural de la ciudad, dejando una importante influencia en los jóvenes escritores que despuntaban en la ciudad; muchos de sus poemas quedaron plasmados en las servilletas que se hicieron comunes en las mesas de los cafés potosinos donde era frecuente encontrarlas. Desde su llegada a San Luis en 1939 aparecieron publicados algunos de sus poemas en revistas potosinas, como la revista Labor, donde publica su poema Ruth…
De los treinta cinco años de su vida, cinco de ellos los vivió en San Luis Potosí, de 1939 a 1944, que al decir de su gran amiga potosina Rosario Oyarzun fueron los más felices y en los que enfocó su trayectoria formal al cursar estudios profesionales en época donde los espacios de participación educativa de la mujer eran muy reducidos. Frecuentaba los espacios donde se daban cita artistas potosinos, como era el café Tupinamba; sus poesías fluían en todo momento y acostumbraba a escribir en cualquier papel a su alcance, como las servilletas de las cafeterías, donde desplegaba su inspiración, para luego regalarlas a quien estuviera próximo. Por lo anterior, parte de su obra queda desconocida, aunque se ha podido recopilar parte de su obra de poesía.
De acuerdo con el padre Joaquín Antonio Peñalosa, uno de los grandes beneficios para San Luis de Conchita Urquiza, fue su cátedra de literatura en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, donde se había titulado de Bachiller en Ciencias Sociales en 1943 y en donde había ingresado a estudiar en Derecho, en 1944. En San Luis, además de literatura, impartió cursos de lógica, historia e historia de las doctrinas filosóficas en la propia universidad potosina. También impartió clases de historia, literatura y civismo, en secundaria en el Colegio María Luisa Olanier y en el Colegio Hispano Mexicano.
Al terminar el primer año de la carrera de Leyes en San Luis parte a la Ciudad de México donde es aceptada por el filósofo del exilio español José Gaos en su Seminario de Investigaciones Histórico Filosóficas y le promete una beca d el Colegio de México. Meses después muere ahogada en la playa El Estero, de Ensenada, Baja California, el 20 de junio de 1945.
Fragmento tomado de La Orquesta. “Conchita Urquiza, piedra angular del movimiento poético femenino | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash”, publicada en enero de 2024.
Pese a que su obra poética no fue publicada en su momento, parte de ésta se recoge en ediciones póstumas, como en el caso de Antología (1975), Nostalgia de Dios (1987), El corazón preso (1990), Obras: poemas y prosa (1976), Poesías y prosa (1971), Junio de la lluvia (1995) y Concha Urquiza, entre lo místico y lo mítico (2010). Falleció el 20 de junio de 1945 en Ensenada, Baja California.