La primera forma de escritura a mano supuestamente se inventó en Mesopotamia hace más de 5000 años. Entonces, las personas usaban diferentes herramientas y medios: tablas, papel, carbón, pinturas y tinta. A través de un complejo camino desde las primeras plumas y lápices, por fin obtuvimos bolígrafos. Y ahora, con el desarrollo de las tecnologías se ha llegado al teclado y el uso de dispositivos.
Escribir a mano empieza a ser una práctica olvidada. Las nuevas generaciones no saben ya lo que es la caligrafía (ese desarrollo de destrezas en el trazo para embellecer la letra). Los teclados han sustituido a los bolígrafos y lápices.
Podemos decir que prácticamente nos hemos olvidado de lo que es escribir a mano. Una de cada tres personas reconoce no haberlo hecho en los últimos seis meses. Y seguro que te has visto en dificultades alguna vez que te ha tocado coger papel y lápiz para apuntar cualquier cosa.
¿Cuáles son los beneficios de escribir a mano?
Activa el cerebro
Activa más regiones de nuestro cerebro que cuando tecleamos en el ordenador o pulsamos la pantalla de tu móvil. Se estimulan nuestra área visual (vemos lo que hay en el papel), nuestras habilidades motoras (movemos el lápiz sobre el papel para escribir) y nuestras habilidades cognitivas (recordar las formas de cada letra requiere un tipo de respuesta diferente del cerebro).
Escribir nos activa muchas zonas del cerebro, en especial lo que se conoce como las zonas de Broca (lóbulo frontal). El área de Broca está vinculado a la estructuración, ordenación y, por tanto, a la toma de decisiones. Por supuesto al escribir, esta área se activa porque estructura el discurso y selección el mejor vocablo para que refleje mejor la idea. Eso propicia la profundización y reflexión sobre el tema desarrollado. Por ello, escribir fortalece el análisis, el pensamiento profundo y las capacidades directivas.
Mejora la ortografía
Al escribir a mano es más fácil cometer errores y percatarse de ellos. Y cometiendo errores es como mejor se aprende.
Ayuda a ejercitar la memoria
Al escribir algo a mano estás empleando un esfuerzo y una dedicación prácticamente exclusiva a esa tarea, por lo que es más sencillo memorizarlo lo que estás escribiendo.
Sirve para expresar emociones
En ocasiones escribir nuestros problemas pueden servir como una forma de desahogarnos.
Fomenta la organización de ideas
Si te sientas a escribir un texto, antes de plasmarlo sobre el papel necesitas estructurarlo bien (por aquello de evitar los tachones o utilizar corrector). Releerlo puede ayudarte también a ser crítico contigo mismo.
Los apuntes manuscritos exigen “procesar la información y reformularla con palabras propias”, además de la posibilidad de utilizar líneas, flechas, esquemas y cuadros sinópticos a medida que se escribe, un trabajo mental mucho menos frecuente cuando se toman notas en ordenador.
Ejercita la concentración
La concentración, no perder la idea en el momento de escribir, exige también –si se están tomando apuntes en clase– a multiplicar la funcionalidad. Esto es que al estructurar la idea en el cuaderno y prestar atención a lo que continúa explicando un profesor, exige concentración en dos áreas, que propician que el hipocampo (zona central del cerebro, responsabilizada de la memoria a corto plazo y de discernir el peso o trascendencia de la información para ser olvidada o almacenada en las capas periféricas del cerebro) desarrolle más funciones. Eso trae como consecuencia multiplicar las sinapsis entre neuronas; desarrollar mayor número de conexiones neuronales, lo que hace al cerebro optimizarse, ser más efectivo, rápido y multifuncional. Asimismo, los trazos personalizados ayudar a fijar mejor las ideas por hacerlas propias.
Se debe conservar la escritura a mano
Debería promoverse entre las nuevas generaciones escribir cartas a mano a familiares (aunque estén cercanos) o cuando menos tener un diario. Estas dos actividades podrían llevar a que las nuevas generaciones se alejen de distractores, como las redes sociales, y que desarrollen mayor número de habilidades más allá de las tecnológicas.
Escribir en sí mismo ayuda a identificarse con el lector. Pero escribir a mano casi implica acariciar directamente a nuestro interlocutor: carta de amor escrita a mano, siempre será una experiencia suprema.
Fuentes: Publimetro, Observatorio Informativo, El Diario, Ok Diario