Aeropuerto Internacional del Bajío. Miércoles 3 de abril.
Es un día ordinario, salvó un boquete en la malla perimetral hecho horas atrás por presuntos ingenieros de obra que hacían “reparaciones”. Recién cae la noche.
Los pasajeros, con diversos destinos, se acomodan en los rígidos asientos de la sala de espera.
Los empleados del servicio en sus tareas cotidianas.
Siete de la noche.
El personal de vigilancia del Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP) atiende sus labores normales, listados de control y bitácoras de seguridad.
Los aviones se ordenan en la plataforma y la noche aparenta ser apacible.
Afuera, el clima cálido.
Flujo de vehículos particulares pasan frente a unas patrullas de la Policía Federal. Agentes jóvenes, de turno. Para ellos, una tarde sin complicaciones.
Cinco minutos después de las ocho de la noche. Un llamado de alerta de roja.
Un elemento del ejército responde con premura y circula por el pasillo, discreto. Una empleada lo observa. Ella sigue en sus labores.
Enseguida la mujer, se da cuenta de movilización de personal de vigilancia del aeropuerto, chalecos fluorescentes.
Intensifica el equipo de seguridad su actividad de manera inusual. Aunque también discretos.
Los pasajeros revisan sus chats en sus celulares, mientras esperan. Unos más leen el periódico del día, ajenos a cualquier situación anormal. Sus maletas de viaje a un costado.
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Casi las ocho de la noche.
Una camioneta placas GCG 7461, con rótulos de Aeroméxico falsos.
Dos hombres a bordo.
Disminuyen la velocidad.
Entran por el acceso que da a la plataforma.
Elementos de Ejército Mexicano vigilan, pero les ceden el paso. El no despiertan sospechas en la camioneta clonada.
Enseguida se estacionan cerca del área de bodegas.
Mientras, por el corte en la malla perimetral ingresa una motocicleta. Dos sujetos fuertemente armados avanzan hacia el área donde se hará el asalto. Juntos esperan la llegada del camión de traslado de valores. Observan en el lugar.
El avión de Aeroméxico matrícula 159 del vuelo León-Ciudad de México transportará 120 millones de pesos en efectivo y valores: moneda nacional, dólares, libras esterlinas y onzas de plata.
El vehículo del servicio Panamericano de traslado de valores entra a la plataforma del aeropuerto. Un procedimiento cotidiano de cada mes.
El objetivo depositar valores en la aeronave.
El reloj marca pasadas las ocho de la noche. De manera sorpresiva el comando de cuatro hombres desciende de la unidad clonada. Armas largas. Amaga a un guardia de seguridad del servicio de traslado de valores.
Tres minutos. Es una acción rápida. Bajan del carro de arrastre 14 paquetes, los valores. Se apoderan de más 46 millones de pesos.
Fuga. A bordo de la camioneta con rótulos falsos aceleran. Rompen la malla perimetral por el lado norte de la pista de aterrizaje.
A fuera del aeropuerto se les une una camioneta Suburban negra.
Militares y personal del GAP reciben la noticia. En la sala los pasajeros ajenos, en espera.
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El comando toma la carretera rumbo a Silao. Llegan a la colonia San Miguel del Arenal.
En el cruce de las calles Adolfo López Mateos y Cuauhtémoc abandonan la camioneta señuelo, con rótulos de Aeroméxico.
Acción rápida. Otros bajan de la Suburban negra. En la tarea a contrarreloj abandonan dos bolsas con dos millones de peso en efectivo.
Los asaltantes transbordan a otra camioneta estacionada y lista. Toman la carretera rumbo a Lagos de Moreno, Jalisco.
Cerca a Lagos de Moreno, en la colonia La Campiña, interceptan a un operador de taxi Uber. Lo amagan. El taxista asustado desciende.
Huyen nuevamente los asaltantes en la camioneta, con el automóvil Uber como escolta.
Todo en paz
Pasadas las nueve de la noche la sala de espera del aeropuerto continúa con cierta quietud.
Los vuelos programados sin cambios.
Las vialidades del estacionamiento como si nada hubiera ocurrido, salvo la presencia de algún reportero que, de incógnito, toma el reporte.
La presencia de miembros del ejército parece normal, ordinaria.
Pocos se percatan del gran asalto del comando armado y su huida de “Guanajuato, Grandeza de México”.
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Abogado y Periodista
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Comisionado del Consejo de Periodistas del Estado de Guanajuato A.C.
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Director de Vinculación y Comunicación de la Barra de Abogados del Estado de Guanajuato A.C.
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Diplomado en Derechos Humanos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación
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Cuenta con Maestría en Derecho Procesal en el Sistema de Justicia Penal Acusatorio Adversaria
