Día de la Hamburguesa

Cada 28 de mayo se festeja el Día de la Hamburguesa, una fecha que tiene más de un origen; el primero se remonta en 1900 en donde un inmigrante alemán sirvió este platillo en Estados Unidos y otros creen que este día fue cuando se creó el primer pan para hamburguesas en Hamburgo, Alemania.

Su popularidad se extendió en todos los países y en México no fue la excepción, tanto así que las hamburguesas forman parte del top tres de las categorías de comida favoritas más pedidas en las cocinas virtuales, de acuerdo con la plataforma de DiDi Food.

De acuerdo con el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (Denue), en el país existen 69,053 establecimientos que venden hamburguesas, además de ofrecer otros alimentos como alitas, papas, pollo, entre otros.

La gastronomía en torno a la hamburguesa ha evolucionado con el tiempo, adaptándose a diversas culturas y gustos. Desde la clásica versión estadounidense hasta innovadoras creaciones con ingredientes locales, las hamburgueserías se han consolidado como una opción gastronómica diversa y versátil.

Históricamente, la hamburguesa ha tenido un impacto significativo en la cultura alimentaria global. Su simplicidad y capacidad de adaptación a diferentes estilos culinarios han contribuido a su perdurable popularidad. Los eventos como El Día de la Hamburguesa subrayan esta relevancia cultural, ofreciendo una plataforma para la celebración y la innovación gastronómica.

¿Las hamburguesas son de Hamburgo?

Un platillo tan famoso no podía sino tener el aderezo de las disputas por su autoría, la cual se pelean no solo Hamburgo, Alemania y varias ciudades de Estados Unidos, a veces los dichosos inventores tiene nombre y apellido.

Si nos vamos a lo más antiguo, la búsqueda nos llevaría hasta la practicidad de comer un sándwich o a las primeras culturas que hicieron platillos con carne picada, aunque el punto en común es la peculiar carne de Hamburgo, que le da nombre a la preparación.

El pequeño Larousse Gastronomique en español describe que el nombre ‘hamburguesa’ viene de la expresión hamburger steak (bistec asado a la moda de Hamburgo). Aunque no necesariamente quiere decir que éstas hayan nacido en tierras alemanas.

Algunos historiadores afirman que su ancestro directo es el Rundstück warm, un platillo que comenzó a hacerse en el siglo XVII cuando las panaderías de Hamburgo comenzaron a hacer un pan redondo, servido con restos de carne de cerdo y salsa gravy.

Para convertirse en lo que hoy conocemos como hamburguesa pasó mucho tiempo, por incontables cocinas y manos.

Su origen está sazonado con las migraciones, pues a principios del siglo XIX llegaron a Estados Unidos varios grupos de personas procedentes de la ciudad portuaria de Hamburgo, llevaban consigo sus recetas, entre ellas un platillo de carne picada al que ahí llamaron Hamburg steak (filete de Hamburgo).

En el libro The Food Chronology, James Trager sigue su rastro hasta 1836, año en que Estados Unidos vio su ‘primer menú americano impreso’, el cual pertenecía al restaurante Delmonico’s de Nueva York y ya mencionaban el hamburger steak, costaba 10 centavos, un precio bastante costoso, ya que el bistec normal valía solo 4 centavos.

¿Quién inventó en realidad las hamburguesas?

Trager recopila en su libro varias anécdotas sobre cómo ese filete mutó hasta ser una hamburguesa. Fiel a su naturaleza de calle, práctica y al momento, la historia del ‘sándwich de hamburguesa’ nos lleva a las ferias estatales de Estados Unidos.

La más antigua sucedió en 1885: se cuenta que nació el hamburger sandwich en Seymour, Wisconsin, Estados Unidos, en la Feria del Condado de Outgamie, cuando Charles Nagreen, de 15 años de edad, se dio cuenta de que sus clientes querían su carne picada frita con mantequilla, pero no querían quedarse comiendo cuando podían estar paseando por la feria, así que decidió colocar la carne entre rebanadas de pan y la llamó “hamburguesa”.

Poco después, en la Feria del Condado de Akron, Frank Menches, de 27 años, se quedó sin salchichas, por lo que decidió triturar la carne que le quedaba para servirlas como hamburguesa.

Uno de los creadores más famosos es Louis Lassen, un inmigrante alemán quien en 1900 protagonizó otro relato en su restaurante Louis Lunch en New Haven, Connecticut, el cual tenía solo tres asientos; se dice que él molió carne magra de vacuno, la asó y sirvió en dos rebanadas de pan, aún no tenía salsa de tomate ni condimentos.

Otra más nos lleva a 1904, a una feria famosa por presentar alimentos exóticos, la de San Luis, donde Trager cuenta que ganó popularidad la especialidad de carne picada frita y vendida por los inmigrantes alemanes que vivían al sur del condado.

No pasó mucho tiempo para que naciera primera cadena de restaurantes de hamburguesas: White Castle, la cual comenzó su historia en 1921 con un puesto de cinco taburetes en Wichita, Kansas, con la receta de Edgar Waldo ‘Billy’ Ingram y Walter Anderson.

Anderson colocaba la carne a fuego lento en la plancha y después de cierto tiempo la aplastaba ahí mismo con la espátula (luego creó un utensilio especial con forma de cuña), le ponía cebollas ralladas y servía entre dos mitades de un bollo.

¿Cómo llegaron las hamburguesas a México?

No tardó en volverse ‘viral’ a la antigüita, pronto proliferaron en todos los puestos callejeros de Nueva York, cafeterías, carnavales, ferias, parques de atracciones, cocinas caseras, todos agregando o quitando algo y jurando que esa era la verdadera receta.

Hacia los años 30 llegaron a México, a restaurantes lujosos, aunque pasaron casi dos décadas para que se devoraran las calles como una nueva curiosidad para comer rápido y rico, puesta de moda por los ‘braceros’ que regresaban de Estados Unidos.

Su paso por el mundo se digirió las fronteras y los conflictos internacionales, en la década de los 90 McDonald’s abrió su primer establecimiento en la Unión Soviética.

Ya con las cadenas internacionales luego se armaron los combos con malteada y papas, pero en realidad tomó tantos estilos como ingredientes posibles: gourmet, de calle, bañadas en queso, de oro, hawaiana, mexicana, nunca sobra un pretexto ni novedad para ‘hincarle el diente’.

Las hamburguesas y la salud

Las hamburguesas son un plato popular en muchas culturas alrededor del mundo, pero si son saludables o no puede variar ampliamente dependiendo de cómo se preparen y de los ingredientes que se utilicen.

En su forma más básica, una hamburguesa está compuesta por carne molida colocada entre dos panes, pero a partir de ahí las posibilidades son casi infinitas en términos de ingredientes y condimentos que pueden acompañarla.

Cuando se trata de evaluar si una hamburguesa es saludable o no, es importante considerar varios factores. En primer lugar, la calidad de la carne utilizada. Una hamburguesa hecha con carne magra, como carne de res magra o pavo, puede ser una opción más saludable en comparación con aquellas hechas con carne con alto contenido de grasa. Además, la forma en que se cocina la carne también puede influir. Cocinarla a la parrilla o al horno, en lugar de freírla en aceite, puede reducir la cantidad de grasa añadida al plato.

Los ingredientes adicionales que se añaden a la hamburguesa también son importantes. Por ejemplo, agregar vegetales frescos, como lechuga, tomate, cebolla y pepinillos, no solo aumenta el valor nutricional del plato al agregar vitaminas y fibra, sino que también contribuye a su sabor y textura.

Optar por pan integral en lugar de pan blanco también puede aumentar el contenido de fibra y nutrientes de la hamburguesa.

Por otro lado, las hamburguesas típicas de comida rápida suelen ser menos saludables, ya que habitualmente están hechas con carne de baja calidad y son altas en grasas saturadas, calorías y sodio. Además, a menudo se sirven con salsas y condimentos que pueden aumentar aún más su contenido de calorías y grasas poco saludables.

La carne y otros ingredientes de las hamburguesas de comida rápida suelen estar cargados de sodio para mejorar el sabor y actuar como conservante.

Además, el pan es a menudo rico en carbohidratos refinados, que pueden elevar los niveles de azúcar en la sangre y contribuir al aumento de peso si se consumen en exceso.

A menudo, las hamburguesas de comida rápida carecen de una variedad de nutrientes esenciales, como vitaminas, minerales y fibra, ya que están compuestas principalmente de carne, pan y salsas con pocos vegetales frescos u otros ingredientes saludables.

En restaurantes de comida rápida estos platillos también suelen servirse en porciones grandes, lo que puede llevar a un consumo excesivo de calorías, grasas y sodio en una sola comida.

De acuerdo con el portal Med Line Plus y sus respectivos sitios web oficiales, las hamburguesas más famosas de las principales cadenas tienen los siguientes niveles de calorías:

McDonald’s
Big Mac: 505, Cuarto de libra con queso: 520, McChicken: 400.

Burger King
Whopper: 670, Original Chicken Sandwich: 680, Bacon Cheeseburger: 340.

Wendy’s
Double Stack: 410, Dave’s single: 590, Baconator: 960.

Carl’s Jr.
Big Carl: 920, Single Western Bacon Cheeseburger: 760, Single Famous Star: 670.

En términos de frecuencia de consumo, no hay una regla estricta sobre cuántas hamburguesas se pueden comer de manera saludable.

Sin embrago, estudios científicos han mostrado que comer alimentos procesados todos los días, como las hamburguesas de comida rápida, generan afectaciones a la salud que van desde el desarrollo de diabetes tipo 2 hasta acelerar el deterioro cognitivo y generar más riesgos de padecer Alzheimer.

Optar por versiones más saludables y caseras puede permitir disfrutarlas con más regularidad, pero siempre es importante considerar el equilibrio en la dieta general y asegurarse de incluir una variedad de alimentos nutritivos.

Fuentes: El Economista, Aristegui Noticias, Infobae, El Financiero.

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