El béisbol en Romita

Por el Lic. Josué Bedia Estrada, Cronista de Romita, Gto.

El promotor más destacado del Beis Bol en Romita, a mediados del siglo pasado, lo fue sin duda don Pedro Frausto Navarro, quien es originario del Huaricho, donde nació el día de San Pedro del año de 1915. Tiene excelente memoria, para sus noventa años.

Sólo me falta vista, pero no me molesta, me sacan al campo a caminar, para dormir bien cansado, no me duele nada. Sí me falta alimento más fuerte. Trabajé en el Huaricho desde los diez años atrás de la yunta, sembrando trigo, cuidando la milpa, ya después me dieron una yunta de bueyes, a las cinco de la mañana ya andaba uno entre el lampotal. Porque entonces si llovía. El dueño de la hacienda era don Ángel Abascal, un gachupín. Usábamos huaraches, el calzón blanco de manta, con la faja, y patío, que va encima con la punta adelante y atrás. La situación de pobreza de nosotros, mi madre falleció y mi abuelita nos llevaba el almuerzo. Trabajábamos hasta las tres de la tarde. Hasta que ya fui grande, cuando andaba de novio, usé pantalón de peto. Lo compré en la tienda de don David Rocha, el papá de “Chuche”, lo pagaba en abonos cada sábado. Don David había tenido la cantina de “La Galeana”, en la calle Hidalgo. Antes hubo otra cantina, en la misma calle que no tenía nombre, tuvo varios dueños, en la esquina de Candelario Lira, por donde viven ahora los Moncada.

El deporte más antiguo de Romita ha sido el Beis bol. Se juega desde los años veintes del siglo pasado, pero fueron solamente tres equipos los que escribieron la historia: el conjunto Liceaga, los Aztecas y los Indios. Por el año cuarenta don Pedro formó parte del equipo Liceaga. Había otro equipo al que le decían Los Calaveras del Panteón, otro equipo se llamaba Los Tigres. Existía una liga, don Pedro fue presidente de ella y permaneció muchos años en el cargo.

En ese tiempo se decía que Loreto Delgado tenía un acta firmada por el General Lázaro Cárdenas, que le daba el campo para el desarrollo del deporte. Pero Loreto era futbolista. Le dije a Porfirio Espinosa, sácale los papeles a Loreto y vámonos a Guanajuato. A los tres días nos recibió el gobernador, no me acuerdo quien era. Nos dijo: ‘Estos papeles son magníficos, no se los suelten a nadie. Ustedes le están haciendo un beneficio a la juventud de su pueblo. Cuenten conmigo, dentro de tres días tienen allá a un representante de mi gobierno. Esos terrenos eran de la finadita Vicenta Bedia (fallecida en 1936), que se los había dejado a su hija Carmen, o algo así. Vino el representante del gobierno, habló con don Francisco y le dijo que no se opusiera, porque los terrenos se iban a expropiar. Como quiera que sea don Pancho estuvo de acuerdo, y los campos se nos quedaron para el beis bol. Porque del fut bol había brotes; se prendían y luego se apagaban.

El equipo más antiguo que yo recuerdo fue el Liceaga. Yo duré largo rato como dirigente del beis bol, hasta que me fui a México algunos años. Eso fue antes del año cuarenta. Los jugadores más viejos que yo recuerdo fueron Pedro Hidalgo, Brígido Zepeda y Aniceto Flores; había más pero ya se murieron, no me acuerdo de sus nombres. En el equipo Liceaga yo fui picher, Pancho Pérez era cacher, Guadalupe Rangel primera base; Chencho Alcaraz segunda base, y su hermano José centro fólder. Un chor stap, Antonio Ramírez, era primo de “El marro”; éste era tercera base. Fidencio Venegas jugaba el último filder. José Valdéz jugaba el centro, y a veces jugaba de cacher Miguel Valdéz; se fueron al norte y allá mataron a los dos hermanos. Jesús Orozco estaba muy joven, era muy bueno; recuerdo que cuando fuimos a jugar a Lagos, vino de ellos un batazo largo, con ese nos iban a ganar, pero Orozco vio la bola, se fue yendo para atrás, para atrás… y que atrapa la bola, sin guantes, a pura mano limpia. Nosotros ganamos. Se fue a vivir a Ciudad Juárez. También jugaba José Laureano, papá de Luz Laureano.

Yo los patrocinaba a todos ellos. Me fui otra vez a México y luego formé los Aztecas, ese nombre se lo puse yo. Fue muy buen equipo, llegamos a jugar en Lagos de Moreno e Irapuato; de León sólo nos faltaron unos tres equipos para recorrerlos todos; en Pastor Ortiz, Michoacán; y casi siempre ganábamos. En San Miguel el Alto, por San Juan de los Lagos, también nos los echamos. El equipo iba para arriba. A Silao siempre le ganábamos. Después Francisco Mireles, se hizo dirigente del equipo Liceaga. Recuerdo que íbamos a jugar una serie contra el Liceaga, pero quedamos con Pancho que no íbamos a meter refuerzos, pero Pancho si los metió y ya para empezar, se enojaron.

Y pos la cosa estuvo mal, no hubo juego. Luego al Aztecas lo patrocinó Antonio Arredondo, el de la Alaska. También se formaron equipos de los ranchos. Hubo otro equipo que se llamó el Indios. Formé una liga, para un campeonato y le entraron 11 equipos, como cinco de aquí y los otros de los ranchos San Ramón, el Huaricho, los Ocotes. Sólo de Santa Rosa eran dos, también Los Ángeles y la Cruz de Aguilar. Se jugaba por las mañanas y por las tardes y había mucha gente en todos los juegos, a todos les conseguí trofeos. El padre Paco me dio cuatro trofeos. Los uniformes al principio eran de cabeza de indio. Con la doctora Chávez nos fue mal, pues invitó a un comelitón al Secretario de Educación de Guanajuato, que llegó con otras gentes. La doctora nos obligó a pagar y ya no nos quedó nada de dinero.

En años todavía anteriores, en los treintas, se jugó el beis en otro campo que eran unos arenales propiedad de los Gómez, de la salida del pueblo hacia la mojonera y hubo otro campo allá, por el panteón. El panteón tenía su equipo que eran los Calaveras, los patrocinaba don Piedad Fernández, que también fue presidente municipal. La Cooperativa Flecha Azul, también tenía equipo, pero no fue bueno.

A nosotros nos patrocinaban don Antonio Arroyo y don Antonio Calderón. Ya en este campo, el presidente que más nos ayudó fue don Aristeo Domínguez que bardeó el campo. De todos modos la gente no pagaba nada por entrar. A veces me ponía a recoger algo de dinero, con la cachucha, pero uno juntó tres piedritas y ahí me las echó. Ni ganas me quedaron. Había muchos pleitos en los partidos. El Liceaga y el Azteca siempre estaban de pique. Recuerdo que hubo un campeonato estatal, se hizo la selección de Romita y quedó en segundo lugar, después de Valle de Santiago que fue el primero. Aquí hubo buenos peloteros.

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