El kinetógrafo llega a Guanajuato

El 28 de febrero de 1897, un tipo de entretenimiento diferente y moderno llegó a la capital del Estado, aparato creado por inventores extranjeros, entre los cuales resonaba el nombre de Tomás Alba Édison, estaba causando sensación en otros lugares de la República. Este artefacto bautizado con el nombre de kinetógrafo, se presentó por primera vez a la población guanajuatense en el Jardín de la Unión.

Una función de imágenes en movimiento transmitidas mediante el kinetógrafo, permitía ver personas, agua corriendo y carruajes con movimientos tan naturales que parecían magia y a la gente le encantaba.

De acuerdo a Bonito León, En el Guanajuato antiguo, las formas de entretenimiento eran diversas. A pesar de los que se pueda creer, en la época porfiriana las familias enteras, las muchachas casaderas, los ricos y los pobres se entretenían yendo a lugares públicos y de moda.

Se usaba celebrar bailes y cenas en casas elegantes o plazas públicas. También se divertían en los jardines. Además de la apertura de la Presa de la Olla, en fechas importantes se acostumbraban los desfiles, inauguraciones, poesías, carreras de caballos y verbenas populares en la que la borrachera no era mal vista.

La visita anual del Circo Orrín, o Circo Bell, que se instalaba en la Presa de la Olla era toda una tradición. También, en ocasiones, al terminar las celebraciones religiosas, se daban lugar las cenas callejeras.

Tomada de Bonito León.

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