Después de haber sido capturado por los realistas y ser degradado del título de sacerdote, el padre de la patria Miguel Hidalgo y Costilla, pidió al juez comisionado que le hicieran llegar unos dulces que había guardado debajo de su almohada.
Al día siguiente se presentó el padre Juan José Baca, de quien Hidalgo recibió los últimos auxilios espirituales, desayunó reclamando con humor que: “no porque iban a quitarle la vida, le debían dar menos leche”.
Fuente: Frenesí de libertad. Proceso militar seguido a Miguel Hidalgo y Castilla. José Eduardo Vidaurri Aréchiga.