El 31 de mayo de 1820, ante la presión y el entusiasmo popular porque el pasado 10 de marzo, el rey Fernando VII había sido obligado a jurar la Constitución de Cádiz por la rebelión en Andalucía de un grupo de militares liberales encabezados por el comandante Rafael de Riego y Quiroga, jefe de un ejército expedicionario destinado a recuperar el control sobre América, el virrey Juan Ruiz de Apodaca se vio obligado a jurar y hacer jurar dicha Constitución, a imprimirla y a hacerla circular por las principales ciudades de la Nueva España.
La Constitución de Cádiz ya había sido proclamada en Veracruz y Jalapa, a los que se unieron distintas corporaciones civiles y eclesiásticas, con lo cual el virrey de Apodaca, temía enfrentarse al movimiento liberal colonial, a la masonería y rebelarse contra la monarquía española.