En Guanajuato, se dan préstamos forzosos de ricos al gobierno liberal

En los primeros días de enero de 1858, el gobernador de Guanajuato, Manuel Doblado, considerando que las pésimas circunstancias en que se encontraba la República federal eran graves y extraordinarias; que para sofocar y terminar la anarquía retrograda, se requería que los liberales obraran con todo el vigor y la energía posibles; además que, las autoridades legítimamente constituidas tenían el derecho de hacerse respetar, aún con la aplicación de la fuerza en todos los sentidos; que los recursos pecuniarios con que contaba el Gobierno del Estado de Guanajuato, eran insuficientes para hacer frente a las exigencias de guerra que se vivían, decretó un préstamo forzoso de 100 mil pesos, que se cubrían con las aportaciones de varias personas capitalistas de la capital y los Ayuntamientos de Guanajuato y La Luz, dando un término perentorio de seis días para la entrega y, en caso necesario y frente a la resistencia, usar de la fuerza pública.

Las personas seleccionadas para aportar forzosamente el dinero eran viejos ricos, aristócratas, dueños de minas o haciendas de beneficio, católicos fanáticos, criollos, guanajuatenses de origen en su gran mayoría retrógrados, antiliberales, que deseaban vivir bajo un régimen monárquico con lazos a las casas reinantes europeas, sobre todo a la de España, quienes, montados en cólera, aportaron la cantidad que se les señaló, pero difamaron por doquier al Gobierno y a sus integrantes, liberales, al grado que los ánimos en contra se multiplicaron.

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