Eulalio Ferrer Rodríguez nació en Santander, España, el 26 de febrero de 1920, en una familia humilde; su padre fue linotipista. Estudió en el colegio de Los Salesianos y posteriormente en la Escuela Laica de Magallanes.
En 1935 se inició como periodista en el diario La Región y ya en plena Guerra Civil envió crónicas desde el frente de Burgos al periódico El Cantábrico.
En julio del 1940 llegó a México como parte del exilio español. Antes de su arribo a América permaneció en diferentes campos de concentración en Francia. En Argelès sur Mer, donde sucedió un hecho que daría un vuelco a su destino y que así narró él mismo:
“Cuando entré al campo de concentración Argelès sur Mer, como exiliado que perdió la Guerra Civil española, un miliciano me ofreció un libro a cambio de una cajetilla de cigarros; llevaba una que me habían dado al pasar la frontera y no fumaba; entonces, la cambié por el libro. Lo metí a la mochila y entré al campo de concentración, donde no había bancas, ni nada; había que dormir sobre la arena y mi almohada era la mochila. Al día siguiente, al sacar el suéter que llevaba para abrigarme porque hacía mucho frío, vi el libro, que era Don Quijote de la Mancha, una edición de Calleja de 1912. Imaginé a un muchacho de 19 años leyendo todos los días a Don Quijote como único libro y con una obsesión casi religiosa, porque todo lo idealizaba”.
La experiencia le reveló que su misión en la vida sería difundir en el mundo la obra de Cervantes y, a través de ella, el idioma español.
Al llegar a México, Eulalio Ferrer se estableció con sus padres y sus hermanas en Oaxaca, donde se ganó la vida durante un tiempo recitando poemas de Federico García Lorca y Antonio Machado.
Posteriormente continuó con su labor periodística en la revista Mercurio, de la cual fue director durante más de 10 años. En 1946 ingresó al ámbito de la publicidad; al año siguiente fundó la agencia Anuncios Modernos y en 1960 echó a andar Publicidad Ferrer y Comunicología Aplicada.
Obsequió a Gto el Museo Iconográfico del Quijote
Eulalio Ferrer fue mecenas de numerosos proyectos culturales como el Coloquio Cervantino Internacional, el Centro de Estudios Cervantinos de Guanajuato, pero sin duda el más importante es el que obsequió a México “para corresponder a la generosidad del país”: el Museo Iconográfico del Quijote, ubicado en la ciudad de Guanajuato, que fue inaugurado en noviembre del 1987.
Ferrer fue creador y colaborador del Ateneo Español en México, de la Fundación Cervantina de México y del Premio Internacional Menéndez Pelayo de Santander hoy conocido como Premio Internacional Eulalio Ferrer.
Entre las distinciones y galardones que recibió Don Eulalio Ferrer se encuentran: la Orden al Mérito Civil de España, la Medalla de Plata de Santander, Doctor Honoris Causa por la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Cantabria, Presidente de la Red Cervantina Mundial, además de haber sido académico de la lengua como correspondiente de la Real Academia Española, de la Academia Norteamericana de la Lengua Española y ocupante de la Silla XXII de la Academia Mexicana de la Lengua.
Gracia a él, el Diccionario de la Real Academia Española agregó el verbo cantinflear, en honor a su amigo el humorista Mario Moreno Cantinflas, con esta definición: “Hablar de forma disparatada e incongruente y sin decir nada”.
¿Qué es el Museo Iconográfico del Quijote?
El Museo Iconográfico del Quijote es una institución cultural de primer nivel gracias a su invaluable acervo, que cuenta con más de mil piezas de arte que lo ubican como la colección inspirada en la figura de don Quijote de la Mancha más vasta e importante del mundo, así como por organizar 29 ediciones del Coloquio Cervantino Internacional, evento que reúne a los más connotados cervantistas.
El MIQ se ha fortalecido como un centro cultural y artístico, gracias a su amplia cartelera permanente que incluye ciclos de cine, presentaciones editoriales, música de cámara y teatro. Asimismo, cuenta con el sello editorial “Ediciones MIQ”, ofertando un catálogo de más de 30 ediciones de la obra cervantina y diversos títulos alrededor de la misma.
Gracias a las actividades del Museo Iconográfico del Quijote, junto con el Festival Internacional Cervantino, la ciudad de Guanajuato obtuvo el nombramiento de “Capital Cervantina de América” por disposición de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura).
La colección del MIQ se enriquece continuamente gracias a las contribuciones que hace anualmente la Fundación Cervantina de México, A.C., el Concurso Nacional de Artes Visuales, así como a la infraestructura y recursos económicos y humanos otorgados por el Gobierno del Estado de Guanajuato.
El Museo Iconográfico del Quijote abrió sus puertas el 6 de noviembre de 1987, gracias a la generosa donación de Eualio Ferrer Rodríguez, quien a lo largo de su vida formó la colección de obra artística alrededor de la figura del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha más grande y valiosa del mundo. Hoy el MIQ es un centro cultural y artístico que impacta en el desarrollo de mexicanos y extranjeros.
Fue inaugurado por el presidente de España, Felipe González; el presidente de México, Miguel de la Madrid, y Eulalio Ferrer, como un regalo para México, el país que lo acogió en su exilio.
Información tomada de Fundación Cervantina de México y MIQ.