Conmemoraron el 80 aniversario de la construcción de la locomotora 296, “Fidelita” máquina a vapor construida en los talleres de Acámbaro en el año de 1944. También cumplió su 30 aniversario de su retorno a este municipio luego de que saliera el 10 de junio de 1944.
Un día como hoy hace 27 años llega la locomotora N de M 1150 con la Máquina 296 “La Fidelita”. El pueblo de Acámbaro estaba de fiesta, “su novia” hecha por sus manos, estaba de vuelta cuando se pensaba que había sido desmantelada. pic.twitter.com/qd7aKtLUlG
— San Fco. de Acámbaro (@enAcambarito) June 10, 2021
Aquí su historia:
En la década de los años 30’s en los talleres de la “casa redonda” -construidos en 1890, para reparación y mantenimiento de las máquinas- de Acámbaro el maestro mecánico José Cardoso oriundo de este lugar tuvo la inquietud de construir locomotoras, y en 1939 hizo los primeros croquis aunque fueron solo en su mente, de cómo sería factible que se construyera en la República Mexicana las locomotoras de todo el Sistema, y así ser capaces de construir las primeras máquinas de vapor en México y evitar se trajeran de los Estados Unidos de Norteamérica, y así tener autonomía económica.
El 10 de Junio de 1944, dio su primer recorrido La Fidelita de Acámbaro a Tacubaya. Llena de flores, con dos banderas mexicanas y en el centro una pintura del cura Miguel Hidalgo y Costilla.
Agradecemos al municipio de Acámbaro, Gto y a la Dip Fed Esther Mandujano @MEsthermt por acompañarnos a la inauguración de la muestra #CuidadoConElTren. La Asoc de Amigos del Ferrocarril de Acámbaro “La Fidelita” son los que salvaguardan el museo de la antigua estación. pic.twitter.com/tApz6SLRgD
— AMF (@AMFerrocarriles) September 2, 2022
A la inauguración asistió un representante del entonces presidente Manuel Ávila Camacho acompañado de un nutrido séquito, entre ellos una mujer que lloró durante toda la ceremonia. Se trataba de la esposa del ingeniero Andrés Ortiz, entonces gerente general de Ferrocarriles Nacionales de México. El motivo del llanto no era para menos: la máquina de vapor era bautizada con el nombre de su hija recién fallecida: Fidelita.
Siendo las once de la mañana, la señora de Ortiz tomó la botella de champaña y la quebró con mucho orgullo en una de las ruedas de la Locomotora No. 296, que a partir de ese momento se llamó “Fidelita, la novia de Acámbaro”.
En los años 40’s, construir una locomotora en México costaba 80 mil pesos; construir el mismo tipo de máquina en E.U. costaba ¡385 mil pesos!
En 1947, fue “condenada a la chatarra”, para darle paso a una dama más fría pero efectiva: la máquina de diésel.
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Con información de El Sol del Bajío.