En general, su obra “da cuenta de la miseria y desolación humana, representadas con una sensibilidad inusual”.
Francisco Goitia García nació el 4 de octubre de 1882 en Fresnillo, Zacatecas. Sus padres fueron Francisco Bollaín y Goitia y Andrea Altamira García Reyes; fue educado “en un ambiente rural y profundamente religioso” por la señora Eduarda Velázquez, su nodriza, madre adoptiva y “mujer que siempre estaría en su imaginación”.
La instrucción primaria la realizó en Fresnillo; en 1896 ingresó a la escuela preparatoria y se inscribió en la Academia de Artes Plásticas de San Carlos, siendo su tutor Pedro Galaviz.
En la Ciudad de México a los 16 años, donde se formó bajo la tutela de creadores como Germán Gedovius, José María Velasco, Julio Ruelas, Santiago Rebull y Félix Parra.
Cinco años más tarde, en 1902, regresó a Fresnillo, donde permaneció por espacio de dos años. En 1904 don Francisco vendió la hacienda de El Saúz y lo mandó a estudiar a España; poco después, en 1907, obtuvo beca del Gobierno mexicano para perfeccionar los conocimientos en Europa (ayuda que fue suspendida al estallar la Revolución).
#UnDíaComoHoy, pero de 1960, murió Francisco Goitia, pintor y muralista mexicano. pic.twitter.com/I2ack3p8re
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Para complementar su educación artística, Francisco Goitia viajó a Barcelona, España, donde tomó clases con el pintor Francesc d’Assís Galí. Posteriormente solicitó una beca al gobierno mexicano para continuar su aprendizaje en Italia.
En enero de 1910 marchó a Italia en plan de enseñanza; transcurridos dos años, en 1912, retornó a México y se reincorporó a Patillos, donde su padre le gestionó un empleo en la hacienda de Ábrego como tenedor de libros.
El 8 de junio de 1914 se sumó a la Revolución en las fuerzas villistas comandadas por el general Felipe Ángeles, donde militó poco más de dos años. Las piezas que realizó durante este periodo dieron origen a la serie Los ahorcados, título que recibió debido a los múltiples paisajes áridos donde sobresalen cuerpos inertes y muestra de la violencia del conflicto.
El 11 de septiembre de 1916 obtuvo su baja del Ejército; posteriormente se estableció en Xochimilco, dedicándose de lleno a la pintura; entre 1918 y 1925 figura como dibujante en la Escuela de Antropología.
En 1959 vive en el estado de Guerrero, en Montecillos, del municipio de Cuajinicuilapa, en la región de la Costa Chica; dibuja con maestría el paisaje guerrerense. Después se traslada a la capital del país, donde lo sorprendió la muerte. Dos de sus cuadros más representativos son Tata Jesucristo y Autorretrato.
El antropólogo Manuel Gamio solicitó su apoyo para llevar el registro de distintos motivos indígenas y el dibujo de paisajes de las ruinas arqueológicas de Teotihuacan, entre 1918 y 1925.
La obra pictórica de Goitia también incluye una serie de proyectos para la creación de espacios e instituciones culturales y artísticas que no lograron ver la luz, como un plan para el embellecimiento del Centro Histórico de la Ciudad de México y otro para Zacatecas, así como la creación de una Secretaría de Bellas Artes, Monumentos y Turismo.
Participó en organizaciones artísticas, políticas y sociales, como la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios, el Frente Nacional de Artes Plásticas y la Liga Campesina Úrsulo Galván. Asimismo, se desempeñó como profesor de artes plásticas de estudiantes de primaria.
Una de sus piezas más importantes, Tata Jesucristo (1927), ganó la Primera Bienal Interamericana de Pintura y Grabado, convocada en 1958 por el INBAL. Actualmente forma parte del acervo del Munal. En ella aparecen dos mujeres sentadas en el piso, llorando, vestidas con túnicas blancas características de Oaxaca.
Su precaria salud lo llevó a instalarse en una zona de clima templado, por lo que se trasladó a Montecillos, Guerrero. En 1959 regresó a la Ciudad de México con el objetivo de construir en Xochimilco la galería que resguardaría toda su obra. Sin embargo, falleció antes de concluirla, el 26 de marzo de 1960. La capital zacatecana conserva un museo que lleva su nombre, donde además de su obra se exhibe el trabajo de otros artistas de la entidad.
En 1978 se inauguró un museo en Zacatecas, que hoy alberga la parte más importante de su obra, aunque algunos ejemplos pueden verse en el Museo National de Arte de la Ciudad de México.
Fuentes: Gobierno de México, Enciclopedia Guerrerense, México City.