Guadalupe Pérez Arias

Guadalupe Pérez Arias nació en Guanajuato, el 19 de agosto de 1921, en el seno de una familia de escasos recursos.

De acuerdo con la biografía que de ella difunde el portal especializado en música clásica “lastfm.es”, a la edad de 14 años se mudó a la capital y su padre, quien tocaba la mandolina, la animó a inscribirse en el Conservatorio Nacional de Música, alentando el talento que mostró desde muy pequeña.

Su edad le impidió el ingreso al Conservatorio y fue hasta los 17 años cuando comenzó a estudiar.

Durante la espera, ella se dedicó al negocio familiar de cocina, ubicado entonces en la calle de Articulo 123, en el Centro de esta ciudad.

A pesar de la escasez, su padre la motivó a continuar con su carrera, por lo que la joven Lupita Pérez estudió durante nueve años en el Conservatorio Nacional de Música de México, donde asistió a clases con profesores como David Silva, Carlos Chávez y Eduardo Hernández Moncada.

También se había preparado en Madrid y en París becada por el Instituto Nacional de Bellas Artes y avalada por Carlos Chávez, el creador de dicha institución. Venía de una familia de pocos recursos económicos y el estudio de su carrera significó enormes sacrificios.

Formó parte del trío “Arcoiris”, integrado también por sus amigas Enriqueta Martínez y Lupe Luna.

Se hizo famosa por haber sido la voz de Blanca Nieves y la Bella Durmiente de las películas de Disney, lo cual no sorprende porque era una soprano lírico-ligera, que se caracterizaba por la belleza y claridad de su voz.

El maestro Eduardo Hernández Moncada le abrió las puertas para continuar con su carrera de doblaje, ya que la encomendó a Edmundo Santos, quien la llamó después para la realización de “Blancanieves y los siete enanos”, en 1964.

Al entregarse completamente a la música, se presentó en los mejores escenarios del mundo, entre ellos el Carnegie Hall de Nueva York, el Teatro Liceo en Barcelona, y en muchos otros ubicados en países como Dinamarca, Rusia, Francia, Holanda.

Sus interpretaciones fueron variadas, desde el personaje de Micaela en la temporada de “Carmen”, de Georges Bizet (1838 -1875); hasta “La Traviatta”, su ópera favorita, durante la inauguración de la nueva Basílica de Guadalupe en 1976.

En el año 2001, Lupita demandó a la Compañía Disney exigiendo derechos de regalías por la explotación de sus doblajes en discos, casettes y videos, no obstante ambas películas fueron redobladas ese año con otras voces.

En 2002, se retiró completamente de los escenarios debido a un padecimiento que le provocó una severa pérdida de voz.

Murió en el año 2005, en la ciudad de México, olvidada y con una muy pequeña pensión de retiro. Todavía hoy no se le hace ningún homenaje ni como maestra, ni como artista. La maestra Pérez Arias es uno de los muchos ejemplos de cantantes de muy buen nivel que nunca obtuvieron el reconocimiento que su trabajo merecía ni dentro ni fuera de su país.

Con información de: Mexicana de Arte y 20 minutos.

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