Ignacio Allende toma el mando del Ejército Insurgente y es nombrado Generalísimo

El 25 de enero de 1811, en la hacienda de San Blas de Pabellón, Aguascalientes; el cura Don Miguel Hidalgo y Costilla, es despojado del mando militar del Ejército Insurgente, en favor del general Ignacio Allende.

Allende nombra nuevo tesorero

Por indicación del general Ignacio Allende, el 1 de febrero, don Miguel Hidalgo, ordena a su hermano Mariano Hidalgo, deje la tesorería del movimiento de Independencia, y haga entrega de los 200,000 pesos existentes para la causa a Manuel Ignacio Solís, nuevo tesorero, quien fuera nombrado.

Días después, los eminentes caudillos insurgentes, Ignacio Allende y don Miguel Hidalgo, contestan un 28 de febrero, al decreto de amnistía expedido por las Cortes españolas el 15 de octubre de 1810, el cual les había sido enviado por el jefe realista José de la Cruz:

“El indulto es para los criminales, no para los defensores de la Patria”, respondieron.

El 6 de marzo de 1811, se hizo formal la renuncia obligada del cura don Miguel Hidalgo en Pabellón, Aguascalientes, ratificándose en junta de jefes el nombramiento del sanmiguelense Ignacio Allende como Generalísimo.

Insurgentes deciden ir a la frontera con los Estados Unidos para adquirir armas

Los principales jefes de la insurrección, el 16 de marzo, celebraron un Consejo de Guerra presidido por don Ignacio Allende, sin la presencia de Miguel Hidalgo, en el que acordaron dirigirse a la frontera de Estados Unidos. El objetivo era adquirir armas y también tratar de conseguir ayuda moral y material de dicho país. Por lo tanto, deberían seguir su camino rumbo al norte hasta llegar a San Antonio de Béxar (hoy San Antonio, Texas), donde se pondrían en pláticas con autoridades y ciudadanos del país del norte y después proseguir la lucha.

Allende, en su proceso:

”Adonde y con que obgeto el mismo que declara y Exto. de que hace mención marchavan por el rumbo de Baxán y Monclova en donde fueron aprendidos, Dixo: que el punto y objeto á donde se dirijian hera primeramente ir á Monclova y allí formar consejo de Guerra á varios de los principales que lo acompañaban por los malos procedimientos que savia havian tenido en sus comisiones, los cuales asegurados y castigados, dirigirse á Bexar, en donde se harian fuertes mientras se hacían de las Armas que necesitaban en los Estados Unidos, y en seguida volver á internarse dentro del Reyno de Nueva España, en prosecución de su empresa”.

(Texto original)

También se resolvió en el consejo de guerra de Saltillo, que mientras duraba la ausencia de don Ignacio Allende, se nombrara a una persona que representara el movimiento interior del país, habiendo sido electos don Mariano Abasolo y don Joaquín Arias, pero no habiendo aceptado se dio este encargo a don Ignacio López Rayón y a don José María Liceaga.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll to Top