Fue nombrado Comandante de las tropas insurgentes por Miguel Hidalgo I Costilla. Consumada la independencia fue Intendente de la Provincia de San Luis Potosí, Diputado al Congreso Constituyente y Comandante Militar de Jalisco.
Ignacio López Rayón, héroe insurgente, nació en Tlalpujahua, Michoacán, el 31 de julio de 1773. Fue hijo del matrimonio de Don Andrés de López Rayón y doña Rafaela López Aguado, parientes entre sí; la situación desahogada de estos señores le permitió dedicar al estudio a Don Ignacio, que fue de sus hijos el que más disposiciones mostró para él; terminadas las primeras letras e instrucción primaria fue enviado a Valladolid en 1786, donde cursó las asignaturas de bachiller, y en México cursó leyes en el Colegio de San Ildefonso, donde terminó sus estudios y obtuvo el título de abogado en 1796. Las notas que durante ellos obtuvo fueron bastante satisfactorias y demuestran la aplicación y conocimientos del joven Rayón.
Permaneció poco tiempo en México ejerciendo su profesión, pero el cuidado de sus intereses lo obligó a regresar a su pueblo natal, donde se dedicó a la agricultura y la minería; decidido a radicarse allí para verse libre de cargos concejiles, solicitó y obtuvo la agencia de correos del pueblo, estando en sus tierras se puso en contacto con sus antiguos compañeros de colegio, Juan e Ignacio Aldama y José María Chico, quienes al igual que Rayón, simpatizaron con las ideas de la Independencia. Como todo profesional criollo, y por lo mismo vio con agrado la revolución de Dolores, que la proclamaba, inmediatamente la secundó, no obstante que hacía pocos meses había contraído matrimonio con doña María Ana Martínez de Rulfo. Para evitar las depredaciones que en el distrito de su residencia cometía un tal Antonio Fernández, insurgente, Rayón se presentó ante Hidalgo, y éste, que si no lo conocía personalmente tenía motivos fundados para saber quién era, procuró atraérselo, tanto más dado que era el primero que le hablaba de la reunión de una Junta del Gobierno, del envío de Plenipotenciarios al extranjero y de otros asuntos en los que el Caudillo o no había pensado o no podía dar forma, por la falta de un auxiliar.
En octubre de 1810 se unió a la insurrección comandada por Miguel Hidalgo, poco tiempo después fue nombrado Secretario de Estado y del Despacho en el gobierno provisional que Hidalgo instaló en Guadalajara; encargándose de la formación de un gobierno civil. Con tal designación, expidió nombramientos de gobierno, mandó publicar los decretos de abolición de la esclavitud y de los tributos, y promovió la publicación del periódico insurgente El Despertador Americano, publicación en la que se difundía el pensamiento liberal.
Posterior a la muerte de Miguel Hidalgo, Ignacio Rayón quedó al frente como jefe indiscutible durante algún tiempo, gracias a su perseverancia, logró mantener unido al movimiento y continuar los combates en el centro del país, después de la captura de los principales jefes en Coahuila y su fusilamiento en Chihuahua. Rayón, al ser un conocedor de que todo movimiento que pretenda alcanzar la reivindicación de los derechos y establecer límites al poder absoluto debe tener formas jurídicas y políticas que lo sustenten, el 21 de agosto de 1811 decidió formar la Suprema Junta Nacional Americana de Zitácuaro, representando un primer paso muy importante en el proceso de emancipación política de la península.
El objetivo de la Suprema Junta era crear un México libre y soberano con representatividad propia, fue la encargada de expedir leyes, proclamas y reglamentos. Asimismo, elaboró un documento titulado “Elementos constitucionales”, que fue el primer intento de organizar las ideas emancipadoras en un instrumento legal. Estrechamente vinculado a los preceptos de Hidalgo, el documento decretaba la abolición de la esclavitud, la igualdad de clases, la libertad de expresión y la inviolabilidad del domicilio; constituye un antecedente de los Sentimientos de la Nación de Morelos.
En eso estriba la importancia que tiene la Suprema Junta Nacional Americana, ya que bajo su directriz se llevó a cabo la expansión de la guerra insurgente y fungió como centro coordinador en lo militar, en lo jurídico y en lo político. Un año más tarde en 1812 elaboró un proyecto de Constitución que envió a Morelos, y en 1813 formó parte del Congreso de Chilpancingo, firmando el acta de Independencia en noviembre del mismo año. Ignacio Rayón continuó en la lucha independentista hasta 1817, año en que, se rebeló contra la junta de Jaujilla que no quiso reconocerlo como Jefe Supremo de los Ejércitos Insurgentes, esto provocó que fuera detenido por Nicolás Bravo y en diciembre de ese mismo año por las tropas españolas, las cuales lo enviaron a la Ciudad de México, donde estuvo preso. Fue liberado en 1820, al promulgarse de nuevo la Constitución de Cádiz. Finalmente volvió a la política después de la caída de Iturbide.
Consumada la independencia ocupó diversos cargos como: Intendente de la Provincia de San Luis Potosí en 1823; Diputado al Congreso Constituyente de 1823 a 1824 y Comandante Militar de Jalisco en 1825. Ignacio López Rayón, un personaje fundamental para la Independencia de México comandante del ejército insurgente, en quien recayó la constitución de un Gobierno autónomo y con su pericia y habilidad lo llevo a buen término. Es relevante destacar su pensamiento libertario que enfatizaba su lucha por los derechos del hombre, por la división de poderes y por el reconocimiento de la autonomía de la Nación mexicana. Fue un hombre adelantado a su época, como abogado visionario entendió que el mejor mecanismo para legitimar y consumar un movimiento libertario es el derecho, la Constitución. Ignacio López Rayón, quien ha permanecido en segundo plano y poco mérito se le ha dado en los anales de la historia, falleció el 2 de febrero de 1832.
Fuente CNDH, Biografías de los Héroes y Caudillos de la Independencia. Tomo I y II. Alejandro Villaseñor y Villaseñor. Editorial Jus, S.A.