Juan Nepomuceno Herrera y Romero, artista decimonónico reconocido como un excelente retratista, pudo captar la psicología del personaje gracias a su sensibilidad y a su gran dominio de la técnica, logrando modelar perfectamente el semblante de los retratados. Se le sitúa como pintor de la escuela neoclásica, y en su arte presenta finura en el trazo, el dibujo es preciso y detallado, el colorido no es muy variado y predominan los tonos fríos.
Su formación artística ha suscitado numerosas conjeturas debido a la ausencia de documentación que la justifique, pues mientras algunos investigadores sostienen que fue autodidacta, otros señalan que pudo haberse formado en la Academia de San Carlos de México o en el Colegio de la Purísima Concepción de Guanajuato.
El 26 de mayo de 1818, en la Villa de León (actual municipio de León, Gto.), nació Juan Nepomuceno Herrera y Romero, dentro del marco de la Guerra de Independencia. Sus padres fueron Antonio Herrera y Eligia Romero. Se casó con Juana Martínez y con ella procreó dos hijas. No se sabe cómo se instituyó como pintor, pues en ese tiempo el estado de Guanajuato no contaba con academia de arte.
En 1837, pintó un extraordinario autorretrato. Sus obras tratan sobre temas religiosos y retratos de personajes de la vida leonesa. Entre sus obras destaca la copia al óleo de un retrato de Don Miguel Hidalgo, pintado por D. Francisco Incháurregui en Guanajuato el 8 de octubre de 1810.
No fue sino hasta 1874 cuando Luis Monroy, discípulo de Pelegrín Clavé en San Carlos, llegó a Guanajuato a instalar una escuela de artes anexa al colegio estatal.
María Esther Ciancas, comentó que se carece de información sobre el pintor leonés, sin embargo se tiene una noticia, relacionada con la visita del Emperador austriaco Maximiliano de Habsburgo y la Emperatriz Carlota a León y publicada en el periódico La Paz de 1864: “El Sr. Herrera (Don Juan) pintor, sabemos que va a ocuparse de una pintura alegórica a la regeneración de México. Este artista es de León, debe los notables adelantos de su arte a sus solos esfuerzos y más de una vez sus obras han sido aplaudidas por los inteligentes”.
Gonzalo Obregón, uno de sus descubridores, investigó a intensamente sobre el pintor leonés, al grado de dedicarle un número de la revista Artes de México con el título “Un pintor desconocido”, con el fin de divulgar su obra, hasta ese momento poco conocida.
Los temas pictóricos de Herrera son dos: retratos y pintura religiosa. En cuanto al primero, Obregón dice que superó por mucho a cualquier retratista mexicano en el periodo de 1840-1860. Respecto al tema religioso, éste es tratado con gran dignidad.
Murió el 11 de febrero de 1878.
Fuente: Los grabados de Federico Cantú y los dibujos de Juan Nepomuceno Herrera. María del Carmen Sifuentes Rodríguez; Llegar a ser, Monografía del Municipio de León; Carlos Arturo Navarro Valtierra. Pág. 263. María Ester Ciancas, “La pintura mexicana del siglo xix”, tesis de maestría, México, Universidad Nacional Autónoma de México-Facultad de Filosofía y Letras, 1959, p. 60.