Recuento de las columnas nacionales del Periodista Fidel Ramírez Guerra:
Meade y los números
José Antonio Meade perdió las elecciones pese a su reconocida capacidad como economista. Los 30 millones de votos de AMLO fueron producto de la acumulación de decepciones del PRI, partido de Meade, del PAN y PRD. La votación de López Obrador fue un castigo al sistema de partidos políticos.
En efecto pasa a la historia que viniendo de la dura oposición contra la “mafia del poder”, con nuevo partido político, Andrés Manuel haya ganado la presidencia. En su lucha como idealista fue haciendo alianzas con viejos priistas de otrora poder pero recientemente marginados. Este triunfo contundente da bono democrático.
Si de por sí AMLO se mantuvo arriba en las encuestas los años 2016, 2017 y 2018, previo a la elección, como presidente electo se mantuvo con amplia agenda pública por una transición muy activa. De esta manera LO ha estado muy expuesto ante los medios, ante la opinión pública.
Los detractores de AM le adjudican muchos errores. Innumerables, y una coincidencia en su propio equipo, entre empresarios, en el extranjero, ante analistas imparciales, es la cancelación del NAIM. Gravísimo error, le dicen.
El NAIN sigue en el debate nacional e internacional. Estos días últimos del 2018 lo avivó Meade, quien antes de irse de vacaciones arrojó números que implican pérdida económica para el país por la cancelación de esa obra.
Publica JAM:
“Podría seguirle dando vueltas, pero mejor pongamos número a la casa. Dejar de hacer el aeropuerto nos cuesta 145,000 millones de dólares”.
Por su parte, Javier Jiménez Espriú, contesta:
La “enorme pérdida” -145 mMde USD- que el ex Candidato presidencial y Ex Secretario de HyCP, José Antonio Meade le asigna a la cancelación del NAIM, son “las cuentas alegres de un hombre triste”.
Este debate va para largo y en la medida que Meade logre captar la atención con números y fortalezas, en esa medida se convertirá en un necesario contrapeso contra AMLO.
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Los buenos propósitos de AMLO
Por lo regular inicio de año son buenos propósitos para todos. Unos los cumplen, otros no. Entre ser líder social es un momento. Ser candidato presidencial otro y ser presidente uno muy distinto, pero lo visto Andrés Manuel no va a cambiar y su forma de actuar es un nuevo estilo al que la clase política, el empresariado, los medios y la sociedad en general va comprendiendo y se va adaptando.
Para los críticos de López Obrador las mañaneras son el sermón de cada día. En su discurso, reiteraciones a su forma de pensamiento, del ideal de la 4T. Algunos elementos novedosos y en la parte de preguntas y respuestas los temas del momento. En general un nuevo estilo, en general aceptable la disposición presidencial.
Chango viejo no echa maromas nuevas, dicen justamente los viejos. Hoy AMLO se va contra el periódico Reforma por su nota de que en el inicio de la nueva administración federal se han incrementado los homicidios.
López Obrador confronta también al EZLN. Es decir, no muestra apertura al diálogo. En conclusión, Andrés Manuel es como es y ya tiene muchos frentes abiertos y esta posición lo coloca como un presidente sectario, que no es presidente para todos sino para unos. Es un nuevo estilo.
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EZLN, EZLN…
A 25 años lo recuerdo como hoy: una activa participación de la sociedad civil organizada en la selva de Chiapas, muy al sur, casi frontera con Guatemala. Intelectuales, líderes sociales. Más de 500 periodistas de todo el mundo y un personaje central: Marcos…
Incierto que pudo haber ocurrido si no hubiera caído esa gran tormenta, de las tormentas de la selva… como nunca… como pocas veces en muchos años, comentaban los lugareños:
Se desarrollaba la Convención Nacional Democrática – 14 de octubre de 1994 – y, habiendo terminado el discurso de Marcos, la asamblea discutía qué camino seguir y se planteó:
1.- La guerrilla
2.- Participación activa de la sociedad civil
3.- Iniciar un nuevo partido político.
Y, en el momento más elevado de la discusión, cae una ruidosa tormenta que en cuestión de minutos invisibilizó la zona, creó confusión, provocó que el escenario cayera y decenas de casa de campaña caída, arrastradas.
Yo no dormí esa noche ni la madrugada del día siguiente. Realmente ahí estaba la crónica, con líderes entumidos. Escritoras e intelectuales acurrucados y, al día siguiente, todo mundo pidiendo que les adelantaran los vuelos.
Concluí: esta pinche sociedad civil organizada es de escritorio. Nada de garra, más aún, cuando al amanecer lancé un grito: “EZLN, EZLN”, en espera de que la asamblea se animara, pero por el contrario yo fui callado. Es decir, no faltó un cabrón que dijera: ya, tranquilo, ya nos vamos.
En la madrugada ya del 15 de octubre, entre mis recorridos por la zona, me encontré a Marcos y le lancé la pregunta:
-Marcos, ¿el barco se hunde?
-No, naufraga, contestó.