La dramática historia de Puma y Adidas: dos hermanos que se odiaban a muerte

Adolf y Rudolf Dassler, estos hermanos alemanes se encarnizaron en llevar sus vidas en medio de una batalla sin cuartel cuya rivalidad surgió por sus diferencias ideológicas y creció por la ambición de convertir a sus marcas, Adidas y Puma, en las mayores compañías de calzado deportivo.

La fábrica de zapatos de los hermanos Dassler

Era la década de 1920 en Alemania, cuando a dos hermanos se les ocurrió la brillante idea de crear la Gebrüder Dassler Schuhfabrik (La fábrica de zapatos de los hermanos Dassler), donde confeccionaban de zapatillas y pantuflas en la localidad bávara de Herzogenaurach.

Si bien sus productos aún no tenían una marca específica, la calidad de estos fue conocida por el entonces entrenador del equipo alemán de atletismo Josef Waitzer.

Por aquellos días los dos hermanos se complementaban muy bien. Adolf, a quien llamaban Adi, era el virtuoso del diseño, mientras que Rudolf se desenvolvía mejor en las relaciones públicas.

Y es que durante ese tiempo, eran los únicos en el país en el rubro, por lo que rápidamente se convirtieron en proveedores para los clubes de las Juventudes Hitlerianas, una organización paramilitar que “adiestraba” a los jóvenes alemanes y les proporcionaban entrenamiento militar y obediencia hacia la ideología nazi.

Las zapatillas de los hermanos Dassler incluso fueron el calzado deportivo oficial durante los Juegos Olímpicos de Verano de 1936, en Berlín. Y así, trabajando junto al gobierno, ambos se unieron al partido nazi, aunque se dice que Adolf no apoyaba el régimen, mientras que Rudolf era bastante entusiasta con el nacionalsocialismo, primera bandera roja de una brecha que ya estaba creciendo entre los hermanos.

División ideológica

El inicio de la Segunda Guerra Mundial confrontó a los hermanos en relación a sus ideologías. Hitler ordenó que la fábrica de los Dassler fuera usada como un arsenal, lo que hizo que Adi se resistiera a conformar las filas militares, mientras que Rudolf decidió apoyar la causa nazi integrándose a sus tropas. Desde ese momento, las circunstancias acaban por forzar la separación de los dos hermanos.

Rudolf quería aprovechar la ocasión para que le permitieran hacer botas militares, pero no resultó bien, por lo que continuaron haciendo armas y él fue llamado a la guerra.

Al terminar la guerra, y luego de un juicio llevado a cabo por los Aliados para determinar el nivel de adhesión a la ideología nazi, Adi logró conservar la propiedad de su fábrica. Rudolf, por su parte, tuvo que trasladarse con su familia a otra zona de la localidad para establecer allí un pequeño negocio tras haber sido denunciado por su propio hermano como seguidor del nazismo.

Con esto, una parte de los empleados (en su mayoría vendedores) se fue con Rudolf, mientras que el resto (el equipo de diseñadores) decidió quedarse con Adi.

Con la desnazificación, los hermanos fueron perseguidos por su colaboración al régimen nazi. A Rudolf se lo catalogó como “miembro del grupo de nazis de alto nivel”, por lo que lo encerraron en un campo de internamiento para investigar sus antecedentes nazis y a Adolf lo detuvieron y juzgaron por su cooperación.

La traición

A Adolf lo sentenciaron a 10 años y lo amenazaron de ser destituido del negocio de los zapatos, pero un alcalde -que era mitad judío- testificó que Adolf lo ayudó y escondió en su propiedad antes de que pudieran capturarlo, además de respaldar las afirmaciones de que él no quería involucrarse en el lado político del partido.

En la apelación de Adolf, su hermano Rudolf declaró que Adolf había organizado la producción de armas él mismo y para su propio beneficio y que él había sido quien se resistió al cambio, una verdadera traición y mentira que incluso el registro financiero de la empresa demostró que era falso.

Y aunque a Adolf le bajaron la sentencia a 2 o 3 años, esto lo llevó a continuar perdiendo el control de su negocio, situación que su hermano aprovechó.

La esposa de Adolf, Käthe Dassler, lo respaldó y protegió de las acusaciones de Rudolf con éxito, por lo que fue degradado a un delito mucho menor que le permitió seguir administrando la fábrica de zapatos.

Pero la relación entre hermanos se quebró completamente y se convirtieron en enemigos mortales, cada uno con familias hostiles entre sí, que se culpaban por todo y por nada.

Nacimiento de Puma y Adidas

La ruptura produjo el nacimiento de dos grandes marcas deportivas. A partir de ese momento iniciaría la incesante competencia entre Adidas y Puma.

Era 1947 y los hermanos no se dirigían ninguna palabra, por lo que Adolf, quien todavía tenía el control de la fábrica de calzado Dassler, decidió cambiarle el nombre: se le ocurrió Adi, que era su apodo, y Das, las primeras letras de su apellido. Así creó Adidas AG.

Pero Rudolf no se quedaría atrás. El hombre también quería tener su propia marca, por lo que dio inicio a Ruda (Ru por su nombre y Da por su apellido) que luego se transformaría en PUMA.

Todo esto sucedía en Herzogenaurach, la ciudad alemana que fue apodada como “el pueblo de los cuellos doblados”, pues se decía que todos miraban hacia abajo para ver qué marca de zapato vestías. Es así como la pelea de hermanos se convirtió en una pelea de la ciudad entera, e incluso se cuenta que quienes trabajaban en una fábrica, no podían ser amigos de los empleados de la otra.

Competencia entre Adidas y Pumas

El primer triunfo de esta disputa comercial lo consiguió Adi en la Copa Mundial de Fútbol realizada en Suiza en 1954. Su hermano Rudolf subestimó la capacidad del entrenador alemán Sepp Herberger, situación que aprovechó Adidas para hacerse al contrato que dotaría al equipo nacional de zapatillas con tacos ajustables diseñados para no resbalar dentro del campo de juego. Justo un aguacero los puso a prueba durante el encuentro contra el seleccionado de Hungría, en donde los alemanes se llevaron la victoria 3-2 gracias a la eficacia del calzado.

Rivalidad permanente

El enfrentamiento continuó con la siguiente generación. Horst, el primogénito de Adi y gran impulsor de Adidas, usó sus influencias para detener cargamentos de Puma y quedarse con la venta exclusiva de zapatos en los Juegos Olímpicos de México 1968.

Por otra parte, Armin Dassler, hijo de Rudolf, consiguió destacar su marca al lograr que un talentoso joven brasileño, conocido como Pelé, usara en 1970 uno de los modelos Puma para jugar la Copa Mundial de Fútbol de México.

Rudolf Dassler murió el 6 de septiembre de 1976. Su hermano Adi no asistió al funeral, y para hacer más evidente el distanciamiento entre las dos familias, Adidas publicó un mensaje que decía:

Por razones de piedad humana, la familia de Adolf Dassler no hará comentario alguno sobre la muerte de Rudolf Dassler.

Adi falleció cuatro años más tarde. Ni estando muertos cesaron su odio, pues su tumba fue ubicada donde más lejos pudiera estar de la de su hermano.

Adidas y Puma dejaron en ambos casos de ser negocios familiares. En 1990, Adidas pasó a pertenecer al magnate francés Bernard Tapie. Luego Puma fue vendida a la multinacional francesa PPR. Actualmente son dos de las marcas de equipamiento deportivo más conocidas del planeta, producto de una rivalidad fraterna entre dos hermanos.

Fuentes: La Tercera y Grandes Medios.

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