Llanganates, el tesoro perdido

Creencia o maldición. Lo cierto es que, en los últimos 500 años, mucha gente ha buscado el tesoro supuestamente ­escondido en la profundidad de la cordillera de los Llanganates, en Ecuador, por el general incaico Rumiñahui.

Según la leyenda de los Llanganates, en esta zona está escondido el tesoro del Reino de Quito, el cual fue enterrado para alejar de la codicia a los conquistadores, es por ello que desde la época de la Colonia, aventureros y expedicionarios han ido a buscar esa riqueza.

La leyenda se popularizó cuando el botánico Richard Spruce descubrió el Derrotero de Valverde y un mapa dibujado por el ecuatoriano Atanasio Guzmán, y se publicara esa información en el Oficial de la Royal Geographical Society en 1860.

Se han realizado numerosas expediciones, pero todas fracasaron, según cuentan los pobladores de Píllaro y San José de Poaló, quienes participan como guías de las expediciones, aun cuando otros manifiestan que ya se llevaron el oro de Atahualpa.

Es más, muchos creen que el tesoro fue localizado y eliminado a finales del siglo XVIII por Antonio Pastor y Marín de Segura.

Actualmente, la región está convertida en Parque Nacional Llanganates, es un área que cubre parte de las provincias de Cotopaxi, Napo, Pastaza y Tungurahua; al Parque se puede acceder desde varias direcciones, pero se suele llegar por Salcedo, Patate, Píllaro, Baños y Ríoverde.

La historia:

La historia señala que, en el año de 1532, Atahualpa fue aprisionado por Francisco Pizarro en Cajamarca después de iniciado el movimiento para la conquista del Imperio. Para ser liberado, el Emperador ofreció cubrir un cuarto de oro (y tal vez dos de plata), ahora conocido como el Cuarto del Rescate. El encargado de entregar todos estos metales sería el General Rumiñahui quien emprendió su labor recogiendo oro de todos los rincones del Imperio.

Este largo período de recolección asustó a Francisco Pizarro, quien creyó en los rumores de que el General iba camino a Cajamarca con todo su ejército para eliminar a todos los captores. Amenazado por el poder de Atahualpa y Rumiñahui, el español ejecuta al Emperador el 26 de julio de 1533. Se dice que el General Rumiñahui, al recibir estas noticias, esconde todo el oro y artefactos que logró reunir en la Cordillera Llanganatis en una laguna de un cráter. Después se dirige a vengar la muerte de su líder y, a pesar de que lo capturan y lo torturan, nunca reveló la ubicación del Tesoro de Rescate.

Este rescate pagado por Atahualpa es considerado el rescate más cuantioso en la historia de la humanidad. Se estima que, en cifras actualizadas, equivaldría a USD 695 mil millones.

Se cree que el tesoro se encuentra en las aguas de Pisayambo, ahora Parque Nacional Llanganates, un área protegida en Ecuador que se emplaza entre las provincias de Cotopaxi, Tungurahua, Pastaza y Napo.

El sistema acuífero del Parque Nacional de Llanganates consta de más de una docena de lagos mayores y, tal vez, centenares de lagunas menores, que se combinan en un complejo sistema hídrico en las elevaciones de los Andes ecuatorianos que, en el sector, ascienden a los 3.000 y 4.000 metros sobre el nivel del mar.

Expediciones en busca del tesoro

Hay quienes han documentaron su expedición, entre ellos el fotógrafo Jorge Anhalzer, quien informó que mientras tomaba unas aéreas distinguió un zig zag marcado en las montañas. Un camino que luego atravesaría en 15 días de aventura. Su amiga, la directora Isabel Dávalos, lo convenció de llevar algunas cámaras para grabar la experiencia que, después de 4 años, terminaría la película Llanganati. Su estreno en los EDOC se realizó en 2017, donde muestra el peligro que acarrea seguir el oro de los incas entre neblina, rocas resbalosas, precipicios y desorientación.

Fuentes: Últimas Noticias Es, Infobae, Saga Creativa.

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