Madero, el primer presidente del mundo en realizar un vuelo en avión

El primer vuelo en México, ocurrido en 1910, había sido obra de Alberto Braniff, hijo de una familia rica que hizo construir el primer hangar del país. Curiosamente, este se ubicó muy cerca del actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México: en la hacienda familiar de los Braniff, en Balbuena. Otro mexicano que decidió sumarse al fervor temprano por los aviones fue Juan Guillermo Villasana, quien voló en Pachuca en 1910 un artefacto diseñado por él mismo.

En ese contexto, la compañía norteamericana Moisant International Aviators había llegado a México ofreciendo acrobacias con sus aviones en los llanos de Balbuena en la Ciudad de México, donde se había acondicionado una pista. Para promocionar el evento que se llevaría a cabo del 16 de noviembre al 30 de diciembre de 1911, se desplegaron carteles por toda la ciudad y anuncios en los principales periódicos de la época, invitando al público en general a presenciar el vuelo de las novedosas aeronaves.

Fue así como el domingo 30 de noviembre llegó el presidente Madero, Apóstol de la Democracia, acompañado de su familia y su gabinete, y atestiguó algunas demostraciones.

El piloto George Dyott (pionero inglés de la aviación que empezó a volar poco después de los hermanos Wright), al ser saludado por el mandatario, lo invitó a dar una vuelta en uno de los aviones Deperdussin biplaza. Madero, sin pensarlo mucho, aceptó.

 La altura máxima que pudo haber alcanzado la dupla presidente-piloto no pudo haber sido mayor a la que alcanza un avión comercial de la actualidad en los escasos primeros segundos del despegue.

El vuelo no duró más de 12 minutos, pero escribió la historia, pues hasta ese entonces ningún presidente en funciones había volado en avión antes. Madero, al aterrizar, fue recibido entre aplausos, vítores y vivas; se tomaron muchas fotografías del momento y la noticia de su vuelo se publicó en periódicos nacionales e internacionales.

Fuentes N+ y México Desconocido.

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