Manuel José Othón

Manuel José Othón nació el 14 de junio de 1858 en Cerritos, San Luis Potosí y tras estudiar en el Seminario Conciliar, (donde aprendió latín, filosofía y escribió algunos poemas y otros textos), cursó la carrera de Jurisprudencia, de la cual se tituló en 1881.

Ya como abogado, fue catedrático del Instituto Científico y Literario, aparte litigó en Cerritos, Santa María del Río, Guadalcázar, la capital potosina y algunos municipios de Coahuila, además de Durango. También fue agente del Ministerio Público y en 1900 se convirtió en diputado federal y local.

Sin embargo, su verdadera pasión fueron las letras, pues desde su adolescencia comenzó a escribir poemas. Su primer texto fue editado en 1879.

El poeta potosino fue un gran estudioso de los clásicos españoles, entre ellos las obras de Miguel de Cervantes Saavedra y sus poemas se caracterizaron por girar en torno a la naturaleza y el hombre. Su obra más conocida fue publicada en 1906, con el nombre de “Idilio salvaje” y algunas otras se divulgaron hasta después de su muerte, como es “El himno de los bosques”.

Además fue narrador y dramaturgo. También colaboró en varias revistas y diarios como El Búcaro, El Pensamiento, La Esmeralda, La Voz de San Luis, El Estandarte, El Contemporáneo, El Correo de San Luis, El Renacimiento y El Mundo Ilustrado.

A la par de la escritura, inició una carrera política y de servicio público en la que ocupó distintos cargos, entre ellos la docencia, pero también ejerció como agente del Ministerio Público, juez en varias poblaciones del país y diputado federal; incluso, estuvo a cargo de la Dirección del Registro Público de la Propiedad.

De su vínculo con el Instituto Científico y Literario, se recuerdan entre otras cosas su discurso de 1884, en el que motivaba a los estudiantes y profesores a mantener una constante participación de los problemas nacionales y a buscar la mejoría en el sistema educativo profesional.

Aparte, en 1904 fungió como jurado de los Juegos Florales organizados por el Instituto Científico y Literario.

Fue autor de Después de la muerte (1884), Lo que hay detrás de la dicha (1886), Poemas rústicos (1902), “Elegía en memoria de don Rafael Ángel de la Peña” “El último capítulo”, “Cuentos de aparecidos” y Paisaje.

Sus escritos fueron reunidos por primera vez en un cuaderno manuscrito de 78 páginas que tituló “Ensayos poéticos”, el cual concluyó en 1879, pero solo vería la luz hasta 1947. A menudo Othón, además de la naturaleza, dedicó sus escritos a personas cercanas, entre ellas sus padres, amigos, compañeros de clase y maestros.

Entre la escritura y la enfermedad
La vida de Othón se acortó debido a que contrajo tuberculosis, pero la enfermedad no fue obstáculo para que sus manos siguieran escribiendo. De hecho, aún enfermo contrajo matrimonio con su novia Josefa. En ese mismo período, fue nombrado juez de Guadal, labor que desarrollaba en las mañanas, las tardes las dedicaba a tomar notas de sus poemas y en las noches se sumergía en la lectura y la escritura. Fue así como escribió obras como “Herida en el corazón”, “La sombra del hogar” y “La cadena de flores”, todas ellas obras dramáticas.

Más tarde, y con un estado de salud en deterioro, Othón continuó escribiendo versos poéticos que daban cuenta de su propio padecimiento. Los médicos le recomendaron un viaje, pero su situación se agravó de tal manera que no pudo realizarlo. Le escribe a su esposa para contarle lo que le sucede y ella decide viajar. Con su llegada, su salud mejora levemente, pero no por mucho tiempo.

El 28 de noviembre de 1906, falleció, sus restos originalmente fueron sepultados en el panteón del Saucito, pero desde 1964 descansan en la Rotonda de las Personas Ilustres, ubicada en el Panteón Civil de Dolores, en la Ciudad de México.

Fuentes: Universidad Autónoma de San Luis Potosí, Infobae, 

Scroll to Top