María Marcos Cedillo Salas fue la primera piloto mexicana y una de las primeras mujeres en las fuerzas aéreas del mundo, es originaria de San Luis Potosí.
Nació el 26 de abril de 1900, en el Rancho de Las Palmas en Ciudad del Maíz, María Marcos Cedillo. La piloto adquirió el gusto por los aviones por su hermano, Saturnino Cedillo, pues fue el creador de la Escuela Civil de Aviación en San Luis Potosí, en donde se establecieron los primeros campos para esa actividad del país.
Su niñez y adolescencia transcurrieron en el ambiente revolucionario, fue hermana del aguerrido y satanizado Saturnino Cedillo que se rebeló contra el gobierno cardenista, la joven compartió el mismo espíritu emprendedor y decidido que sus hermanos, en una época donde la lucha era el pan de cada día.
Poco se conoce de sus primeros años dado que los reflectores han sido dirigidos hacia sus parientes, sin embargo, se sabe que cuando su hermano -el ya general Saturnino Cedillo- estableció la Escuela Civil de Aviación de una manera informal como pretexto para crear un campo de deportes, maniobras militares y la utilidad del correo aéreo, la joven conoció a la primera mujer en sobrevolar San Luis Potosí, Florence Burnes, estadounidense que arribó al estado en 1930.
La piloto, que formó parte de las primeras feministas del mundo, inspiró a la potosina a buscar un desarrollo fuera del ámbito rural, además de que las enseñanzas de la extranjera se grabaron en la mente de la joven.
Para esa época, San Luis Potosí ya contaba con las rutas aéreas 7 y 8, que cubrían San Luis – Zacatecas – Torreón y San Luis – León – Guadalajara, respectivamente.
Así, en la mencionada Escuela Civil de Aviación ya existían además de los instructores de vuelo, mecánicos y varios alumnos, entre ellas, María Marcos Cedillo, quien al poco tiempo ya realizaba vuelos de grandes distancias.
Algunos relatos de la época recogidos en memorias de potosinos distinguidos que tuvieron la suerte de conocer a la potosina coinciden en que el carácter de María Marcos era dominado por la decisión y la fortaleza, razones que incluso le atrajeron infinidad de enamorados, los cuales quedaron a un lado mientras ella se dedicaba de lleno a su pasión por los aviones.
Esa pasión, curiosamente, no era compartida por su hermano el general Saturnino, quien, a pesar de haber instalado la Escuela de Aviación, no sentía ningún afecto por “esas máquinas del infierno”, como él las calificaba.
Pero ni siquiera la costumbre machista, el grado de general, su posición de hermano, ni las amenazas, lograron alejar a la joven de su pasión por los aires, situación que finalmente fue aceptada con reticencia por Saturnino Cedillo.
Fue precisamente el modo en que su hermano llamaba a los aviones lo que inspiró a la ya piloto a bautizar a su avión 540K como “El Ángel del Infierno”, leyenda que fue pintada a mano por la propia mujer en los costados de la aeronave.
Su avión Avro 540K, fue diseñado por los ingenieros mecánicos en aviación Guillermo Villasana López y Francisco Santarini Tognoli, mismo que fue modificado para incrementar 50% su velocidad.
La piloto falleció en junio de 1933 en su avión, iba acompañada de José Ramírez, su alumno, con quien realizaba acrobacias en el aire y al intentar hacer la maniobra conocida como “barrena” se impactó. Sus restos están en el Panteón del Saucito y hay una placa como homenaje en el lugar en donde se estrelló su nave cerca de la Zona Universitaria de la UASLP.
Fuentes: La Orquesta, Ciudad San Luis.