Maurice McDonald, uno de los hombres que cambiaron el mundo de la comida rápida

Maurice Mcdonald nació el 26 de noviembre de 1902 en Manchester, New Hampshire, EE.UU. como Maurice James Mcdonald.

Maurice McDonald, junto a su hermano Richard McDonald, revolucionaron la minúscula población de Arcadia (California) cuando abrieron un puesto de hamburguesas a 10 centavos, servidas en un minuto, envueltas en papel y sin necesidad de camareros: el cliente pedía su menú directamente al cocinero. Tres años después, en 1940, los hermanos McDonald convirtieron su caravana de comida ágil en un restaurante con cimientos, flanqueado por una M amarilla de 7,5 metros de altura que no se podía ver desde el espacio, pero sí desde cualquier punto del pueblo.

El negocio iba bien, pero los hermanos McDonald pensaron que podría ir aún mejor. Así, decidieron renunciar a las camareras que acercaban la comida a los vehículos de sus clientes y reformaron la cocina hasta convertirla en una especie de escaparate de platos precocinados con autoservicio, que se vendían al otro lado del mostrador. Había nacido el concepto “fast food”, la comida rápida que revolucionaría el mercado.

La historia detrás de un nuevo fundador

En 1999, la revista Time homenajeó a las 100 personas más importantes del siglo. Albert Einstein, Mahatma Ghandi, Bart Simpson y, por supuesto, el fundador de McDonald’s: Ray Kroc. Pero, ¿quién es Ray Kroc?

Ray Kroc (Chicago, 1902 – San Diego, 1984) se dedicaba a vender máquinas de batidos, cuando los hermanos McDonald le hicieron un pedido de seis batidoras. Kroc sintió que le había tocado la lotería, pero no tenía ni idea de hasta qué punto. Enseguida vio el potencial del innovador sistema de comida vertiginosa del restaurante McDonald’s: el coste era minúsculo, y los clientes infinitos.

Por eso se ofreció para trabajar como comercial de la marca. En 1955 comenzó a vender licencias. En 1961, Ray Kroc ansiaba la expansión a nivel nacional. Los hermanos McDonald carecían de esa ambición (su sueño era llegar al millón de dólares antes de cumplir 50 años), así que le vendieron la empresa por 2,5 millones de euros y un 0.5 % de los beneficios.

El primer restaurante del nuevo dueño fue construido a tan solo unos metros de la hamburguesería de los hermanos, lo que provocó la pérdida de clientes de la misma y su cierre. Por otra parte, se negó a pagarles el porcentaje acordado, que a finales de los 70 supondría una fortuna de 15 millones de dólares al año para Mac y Dick.

Comida rápida

Ray Kroc expandió la cadena de restaurantes por todo el país, y recicló el concepto de comida rápida rematándolo con un consumo más rápido todavía.

Para que los clientes no se apoltronasen, apagaba la calefacción; instaló asientos con respaldo recto, de modo que los comensales tomaban una postura inclinada sobre la mesa y así comían más rápido; se instalaron mesas más grandes para que los clientes no pudieran hablar a gusto; y las bebidas se servían en conos de papel imposibles de apoyar: si el cliente tenía que sostener su bebida, comería más rápido.

Los consumidores se tragaron este formato de restaurante, por pura coherencia. La experiencia resultaba tan barata como la comida.

Por último, quiso borrar de la historia a los hermanos para quedarse como el único creador de la idea de la comida rápida. “Fue todo culpa del ego de Kroc. Acabó colocando su busto en cada restaurante que abría”, revela el sobrino de uno de los hermanos, Ronald McDonald. Sin embargo, años después Kroc tuvo que reconocer la historia real de la marca.

“Vi cómo mi hermano Maurice sufría hasta el punto de morir”

Maurice McDonald murió de un ataque al corazón, el 11 de diciembre de 1971 en Riverside, California, EE.UU., superado por el estrés y la rabia de haber sido embaucado y estafado primero, y fulminado de la historia después. Richard se lo tomó con más tranquilidad, y vivió hasta los 89 años.

“Tengo suficiente dinero, no merece la pena morir por eso”, le contó a su sobrino Ronald. Y añadió: “Vi cómo mi hermano Maurice sufría hasta el punto de morir, y no quiero que me pase lo mismo”.

Richard McDonald, eso sí, reconocía arder cada vez que recibía en su casa un ejemplar anual de la revista de McDonald’s conmemorando “El día del fundador”: un tributo a Ray Kroc en el que ni siquiera se mencionaba a los hermanos McDonald.

Devorados por la ambición de su socio, Richard y Maurice han pasado a la posteridad como dos tipos con una idea grande, pero un sueño demasiado pequeño.

Fuentes: EL País, Milenio, RT.

Fotografías tomadas de Internet

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