La historia que derivó en una masacre empezó con una pelea de estudiantes en el centro de Ciudad de México, en la que intervinieron los Granaderos de manera brutal, golpeando a decenas de estudiantes y testigos de la pelea.
El inicio del movimiento
El 22 de julio de 1968, alumnos de la vocacional 5 se pelearon a golpes y piedras con los jóvenes de la preparatoria particular “Isaac Ochoterena” en La Ciudadela. Al siguiente día, los jóvenes de la prepa particular buscaron cobrar revancha a los del Instituto Politécnico Nacional (IPN), pero en la refriega intervino el cuerpo de ganaderos, que golpearon a varios jóvenes. En esa época la policía mexicana tenía fama de cometer abusos, pero la agresión de los estudiantes fue excesiva.
Al iniciar agosto, el rector de la UNAM, Javier Barros Sierra, convocó a una marcha para unir a universitarios y politécnicos en contra de las acciones policiacas y castrenses en contra de los estudiantes.
A partir de ese momento, el movimiento universitario definió su pliego petitorio y posteriormente el 13 de septiembre se realizó la “marcha del silencio”, una de las más concurridas y llamativas, pues los estudiantes se taparon la boca y llevaban velas sin hacer ruido.
La marcha fue una total enfrenta al Presidente, Gustavo Díaz Ordaz, quien en su informe de gobierno hizo alusión al movimiento universitario con una frase que pasaría a la historia: “Hemos sido tolerantes hasta excesos criticados, pero todo tiene un límite y no podemos permitir ya que se siga quebrantando irremisiblemente el orden jurídico como a los ojos de todo mundo ha venido sucediendo”.
El 19 de septiembre, los soldados ingresaron a Ciudad Universitaria violando la autonomía universitaria. La Secretaría de Gobernación, a cargo de Luis Echeverría, aseguró que la acción se debía a que los estudiantes realizaban actividades que no eran académicas.
El 24 de septiembre, el ejército tomó el Casco de Santo Tomás y Zacatenco, las dos unidades más importantes del IPN.
2 de Octubre
El 2 de octubre de 1968, miles de estudiantes se reunieron para realizar un mitin en la Plaza de las Tres Culturas, ubicada en la unidad habitacional de Tlatelolco, donde exigían entre otras cosas, la desaparición del cuerpo de ganaderos.
A las 6:10 de la tarde, un helicóptero lanzó una bengala sobre la plaza. Entonces, comenzaron a surgir disparos desde lo alto de los edificios. El fuego más intenso lo hicieron desde los edificios Chihuahua, 2 de abril, ISSSTE, Molino del Rey y Revolución de 1910. Ocuparon departamentos y azoteas de unos 12 edificios, con expertos tiradores dotados con armas de alto poder.
Ante el intercambio de fuego, la multitud se dispersó y varias personas buscaron refugiarse en alguno de los edificios que rodean a la plaza. Sin embargo, en las horas siguientes al inicio de la masacre, agentes militares y policíacos realizaron cateos y detenciones ilegales de manifestantes dentro de varios departamentos de Tlatelolco.
¿Qué pedían los estudiantes del 68?
En su pliego petitorio, el Consejo Nacional de Huelga pidió al gobierno de Gustavo Díaz Ordaz el cumplimiento de seis puntos:
1. Libertad de todos los presos políticos. Es decir, de los estudiantes y activistas detenidos por manifestarse.
2. Derogación del artículo 145 del Código Penal Federal. Ese artículo regulaba los delitos de disolución social, que se entendían como la difusión de ideas que perturben el orden público o afecten la soberanía nacional.
3. Desaparición del cuerpo de granaderos. Este grupo policial participó en varios actos de represión estudiantil previos al 2 de octubre.
4. Destitución de los jefes policíacos Luis Cueto y Raúl Mendiolea. En 1968, eran respectivamente el jefe y el subjefe de la policía capitalina y habían tenido roces con los estudiantes en varias ocasiones.
5. Indemnización a las víctimas de los actos represivos. Antes de la masacre de Tlatelolco, ocurrieron varios enfrentamientos que dejaron estudiantes muertos.
6. Deslinde de responsabilidades de los funcionarios involucrados en actos de violencia contra los estudiantes y establecer un diálogo público entre autoridades y el CNH para negociar las peticiones.
¿Quiénes fueron los responsables?
Cuando ocurrió la masacre de Tlatelolco, el presidente era Gustavo Díaz Ordaz. El número dos del gobierno de Díaz Ordaz era Luis Echeverría Álvarez, quien fungía como secretario de Gobernación. Echeverría tenía bajo su responsabilidad a la hoy extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS), un órgano de inteligencia política y social.
En 2006, un magistrado federal emitió una resolución en la que se responsabiliza a Luis Echeverría por ser el “concebidor y preparador” de la matanza de Tlatelolco de 1968, que tuvo como objetivo destruir al “grupo nacional opositor Consejo Nacional de Huelga”.
Por ello, Echeverría Álvarez, quien sucedió en Los Pinos a Díaz Ordaz y gobernó a México entre 1970 y 1976, fue sentenciado a prisión domiciliaria en 2006 por genocidio. En 2009, un tribunal federal lo absolvió de dichos cargos.
Otros datos interesantes
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México se preparaba para ser sede de los Juegos Olímpicos —que se celebraron del 12 al 27 de octubre—, por lo que al gobierno del priista Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970) le preocupaba que un conflicto estudiantil dañara la imagen del país.
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Para entonces ya también había surgido el Consejo Nacional de Huelga (CNH), conformado por estudiantes de la UNAM, del IPN y de otras universidades. Posteriormente se sumaron profesores, padres de familia, activistas políticos, intelectuales, obreros y ciudadanos, quienes consideraban que las autoridades limitaban la libertad de expresión y acción de la sociedad.
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El 27 de agosto, estudiantes que protestaban en el Zócalo capitalino decidieron bajar la bandera nacional y colocar una pequeña bandera rojinegra. Para la madrugada del día 28, tanques del Ejército salieron de Palacio Nacional para dispersar a los manifestantes.
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La Cámara de Diputados, entonces dirigida por Luis Farías había acusado al rector de la UNAM, Javier Barros Sierra, de dirigir el movimiento estudiantil contra el gobierno. Barros Sierra presentó su renuncia, pero no fue aceptada; el 25 de septiembre, la Junta de Gobierno de la UNAM le pidió expresamente permanecer al frente de la universidad.
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En los días siguientes, mientras diferentes autoridades intentaban justificar la actuación militar, bajo argumentos como que había estudiantes armados, también se registraron protestas hacia el gobierno. El escritor Octavio Paz, por ejemplo, renunció a la embajada de México en India.
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El sábado 12 de octubre, el presidente Díaz Ordaz inauguró los Juegos Olímpicos. En ese momento, un grupo de manifestantes lanzó sobre el palco presidencial un papalote de color negro en forma de paloma, en repudio por la matanza del 2 de octubre. En noviembre se realizó un acto luctuoso en honor a las víctimas y, para el 4 de diciembre, los estudiantes regresaron a clases.
Fuentes: El Universal, Nación 321 y Expansión Política
Fotografías: BBC, El Universal y Nación 321