En México, junto a mujeres más reconocidas por el recuerdo histórico –como doña Josefa Ortiz de Domínguez y doña Leona Vicario – entre las heroínas insurgentes cuya participación independentista es menos conocida y poco difundida en las efemérides patrias, está Mariana Rodríguez del Toro de Lazarín, principal organizadora de la conspiración del mes de abril de 1811 registrada en la ciudad de México.
Traicionada y hecha prisionera, muere en 1821, fecha de la consumación de la Independencia.
Nacida el 22 de julio de 1778 en la ciudad de Querétaro, en una época en que México aún era una colonia española, Mariana Rodríguez del Toro creció en una familia con profundos valores patrióticos y un firme deseo de ver a su país liberado del dominio español.
La familia Rodríguez del Toro se destacó por su participación activa en la sociedad queretana. Mariana provenía de una familia acomodada, y su educación incluyó estudios en literatura, historia y filosofía. Desde temprana edad, Mariana mostró un interés por las ideas ilustradas y la lucha por la libertad.
En su juventud, Mariana Rodríguez del Toro se casó con Pedro José María de Aranda, un hombre comprometido con la causa independentista, lo que la expuso aún más a las ideas revolucionarias. Esta unión fue fundamental en su camino hacia la lucha por la Independencia de México, ya que compartían un ardiente deseo de ver a su nación liberada del yugo español.
Mariana, que se encontraba con unos amigos en una tertulia organizada en su casa, al enterarse de la detención del cura Miguel Hidalgo, apela a los allí reunidos a aprehender al virrey.
Una de las contribuciones más destacadas de Mariana Rodríguez del Toro fue su participación en la famosa conspiración de Querétaro, un complot secreto en el que se planeó la insurrección contra el gobierno colonial español. Mariana, junto con su cuñado Ignacio Pérez y otros conspiradores notables como Miguel Hidalgo y José María Morelos, desempeñó un papel importante en la organización y planificación de la revuelta.
Mariana Rodríguez del Toro, al igual que muchas otras mujeres de la época, no solo apoyó la causa de manera logística, sino que también actuó como mensajera y propagandista. Su compromiso con la independencia fue ejemplar, y su papel en la difusión de ideas revolucionarias fue esencial para inspirar a otros a unirse a la causa.
Además de su trabajo en la conspiración de Querétaro, Mariana Rodríguez del Toro también contribuyó económicamente a la causa independentista. Su familia aportó fondos y recursos para financiar la lucha, lo que fue fundamental para mantener a las tropas insurgentes en pie de lucha. El sacrificio personal y financiero de Mariana y su familia ilustra su compromiso inquebrantable con la independencia de México.
A medida que la lucha se intensificaba y se expandía por todo el territorio mexicano, Mariana continuó apoyando la causa de diversas maneras. Su dedicación a la libertad de su país la convirtió en un símbolo de valentía y perseverancia en una época tumultuosa.
Mariana Rodríguez del Toro falleció el 27 de noviembre de 1823, a la edad de 45 años.