El muro de la vergüenza , como se le conocía en gran parte de Occidente, o de protección antifascista, como lo llamaba el gobierno de la República Democrática Alemana (RDA) fue posiblemente el símbolo más conocido de la división del país, que luego de su reunificación se ha convertido en el motor económico europeo.
Tras la II Guerra Mundial, Alemania y su capital, Berlín, quedaron divididas en cuatro zonas controladas cada una por una de las potencias ganadoras de la contienda: la URSS, Reino Unido, Francia y Estados Unidos.
Más tarde, las potencias occidentales decidieron integrar sus respectivas zonas, y en 1949 nació, en el oeste, la República Federal de Alemania, mientras que en el este surgió la RDA, que más tarde iniciaría la construcción de un Muro en Berlín que dividió la ciudad en dos.
Era más que un muro. En realidad, era un emparedado de muerte entre dos paredones. El perímetro exterior estaba fuertemente iluminado y su pared interior, pintada de blanco para reflejar mejor la silueta de los que intentaban huir; zanjas, dunas, torretas con vigilantes armados en la llamada franja de la muerte, alambrada de espino, vallas metálicas y trincheras y bloques de hormigón de dos toneladas de peso y entre 2,5 a 3,6 metros de altura por 1,5 de ancho. En algunas zonas, los policías patrullaban con perros y había barreras antitanques.
¿Cuándo se construyó?
El “muro antifascista” o el “muro de la paz”, según los comunistas, y para los demás, el “muro de la vergüenza”, empezó a construirse el 13 de agosto de 1961. En unos días, entre 40.000 y 55.000 operarios, soldados y policías plantaron una valla de 40 kilómetros, dividiendo la ciudad con alambradas, bloques de piedra y edificios que fueron vaciados y cerrados.
¿Por qué se construyó?
Los muros fronterizos actuales (como el Estados Unidos, Israel, o las vallas de Ceuta o Melilla) se construyen para que no entren los de fuera; sin embargo, este se levantó para que no escaparan los de dentro. Solo desde principios de agosto de 1961, días antes de construirse el muro, casi 50.000 personas habían dejado el Berlín Oriental. Muchos berlineses perdieron sus viviendas cuando, además, se creó una “zona prohibida”.
¿Cuánta gente murió?
Oficialmente, 79 personas perdieron la vida (aunque se desconoce cuánta gente murió realmente intentando pasar al otro lado del muro, se cree que fueron unas 200) y un centenar resultaron heridas en distintas tentativas. A la primera víctima, Günter Liftin, de 24 años, le dispararon el 24 de agosto de 1961 cuando cruzaba a nado el río Spree. Descubierto por la policía, fue sacado del agua y asesinado de un disparo. El último en perder la vida fue un joven de 20 años, Chris Gueffroy, el 6 de febrero de 1989, ametrallado por la policía de la RDA cuando intentaba cruzar a nado un canal que atraviesa Berlín tras haber conseguido franquear el muro.
Se cree que unas 4.000 personas cruzaron el muro de distintas maneras y no se sabe cuántas lo intentaron por todos los medios imaginables en los 28 años en los estuvo en pie. En globo, en submarino artesanal, nadando por los canales de la ciudad, ocultos en maleteros o bajo los asientos de coches o en camiones, a través de túneles.
Caída del Muro de Berlín
La marca de la imponente estructura que dividió durante décadas una ciudad y una nación aún puede verse sobre el suelo de la capital alemana. El 9 de noviembre de 1989 los alemanes treparon eufóricos por encima del muro y usaron martillos para tirarlo abajo. Actualmente existe una parte del muro decorada con pinturas realizadas en 1990, el East Side Gallery, una visita obligatoria para todo aquel que viaje a Berlín.
Fuentes: BBC, El País, DW, ABC Internacional