El nacimiento del Volcán Parícutin inició, de acuerdo a los testimonios, a las cuatro de la tarde del 20 de febrero de 1943. El volcán Parícutin ha dejado una marca en la historia de la vulcanología, siendo el primer volcán que la humanidad presenció y documentó desde su nacimiento hasta su muerte. A pesar de los daños que causó, hoy en día es una atracción turística popular en México y un testimonio del poder de la naturaleza.
El suelo temblaba y un extraño ruido resonaba en el aire. Los lugareños, desconcertados y preocupados, salieron de sus casas para investigar lo que estaba sucediendo. Fue entonces cuando se dieron cuenta de que un pequeño volcán estaba emergiendo del suelo.
El volcán de Paricutín, como se le llamó más tarde, comenzó a expulsar cenizas y humo, y la tierra temblaba con cada erupción. Los habitantes del pueblo estaban asombrados y aterrados ante esta repentina manifestación de la naturaleza.
El nombre proviene del purépecha Parhíkutini, que se traduce al español como “lugar al otro lado”, se produjo en el municipio de Parangaricutiro, Michoacán. Eran las 16:30 horas del 20 de febrero de 1943, cuando el volcán emergió del suelo después de haber estado activo desde 1941, cuando se registró un terremoto en el estado.
Dionisio Pulido, un campesino y dueño de una parcela cercana al lugar donde el volcán se formó, notó una depresión en su campo de maíz. “Quince días antes de la erupción ya estaba temblando allí. El día en que nació el volcán, el señor Pulido fue a su campo y se dio cuenta de que la tierra estaba haciendo muchos ruidos, se levantaba humo y en la tarde empezaron a ver rocas saliendo de este lugar, pequeñas explosiones”, señaló la Dra. Marie Noëlle Guilbaud, investigadora Titular B del Departamento de Vulcanología en el Instituto de Geofísica de la UNAM.
Su actividad inicial estuvo caracterizada por una serie de fumarolas y de explosiones piroclásticas con bombas volcánicas y evidente abombamiento que se había formado seis meses atrás. Las erupciones violentas comenzaron desde las 24:00 del mismo día y a partir de las primeras horas del segundo día aparecieron los derrames de lava.
Durante su primer día, el edificio volcánico alcanzó una altura de 30 metros, duplicándose tres días después. En un año, había alcanzado los 336 metros y, finalmente, llegó a su altura actual de 424 metros. Al principio, el volcán no causó muchos daños ya que se encontraba en un campo de maíz. Sin embargo, después de unos pocos días, se vieron obligados a evacuar las zonas aledañas. Parícutin y San Juan Parangaricutiro quedaron sepultados.
Los flujos de ceniza oscurecieron por años el paisaje de la Meseta purhèpecha y viajaron a través de la atmósfera hasta la Ciudad de México.
La actividad continuó con explosiones de bombas y depósitos piroclásticos hasta 1949 con una inactividad que fue interrumpida por una reactivación intensa que se extendió hasta marzo de 1952, cuando cesó su actividad repentinamente.
Fuentes: Gobierno de México, Gaceta de la UNAM, National, Geographic.