Nezahualcóyotl fue señor de Texcoco durante 40 años. Se destacó como gobernante por su aguda inteligencia, su pasión por el estudio del hombre y la naturaleza y por su compromiso con la cultura y la poesía a tal punto que logró convertir su ciudad en el foco cultural más importante del México antiguo.
El nombre de Nezahualcóyotl es de origen náhuatl y está compuesto por los vocablos «ne», «zahualli» y «coyotl». El primero es un pronombre que hace referencia a la primera persona, el segundo se traduce como ayuno y coyotl se traduce como coyote. En conjunto, el nombre significa «coyote en ayuno».
Uno de sus poemas más famosos fue el que dice “Amo el canto del cenzontle, pájaro de cuatrocientas voces amo el color del jade, y el enervante perfume de las flores. Pero amo más a mi hermano el hombre.”
Nezahualcóyotl, el rey poeta de Texcoco
Nezahualcóyotl nació en 1402 -también conocido como el año conejo- y falleció el 4 de junio de 1472. Fue un guerrero que, por su notable valentía e inteligencia en el campo de batalla, llegó a ser gobernante de su natal Texcoco cuando apenas tenía 28 años.
La adolescencia de Nezahualcóyotl estuvo marcada por la persecución de Tezozómoc contra su familia, a tal punto que su padre fue asesinado y él tuvo que huir. Sin embargo, gracias a la lealtad de sus súbditos, el rey poeta logró vencer a sus enemigos y convertirse en señor de Texcoco, cargo que ocupó durante 40 años.
Su legado
Cabe destacar que Nezahualcóyotl era un estudioso del movimiento de los astros y de la estrecha relación que existía entre lo divino, lo humano y el universo.
También, Nezahualcóyotl desarrolló una teoría filosófica muy admirada, incluso reconocida en ciertos círculos intelectuales europeos, que le ayudó a convertir su ciudad en el foco cultural más importante del México antiguo durante la época mexica.
Asimismo, Nezahualcóyotl era un notable urbanista. De hecho, participó activamente en la construcción de importantes obras hidráulicas como el albarradón que dividió a las aguas dulces de las salobres en el gran lago.
También participó el asesoramiento a los aztecas para la realización de su acueducto que llevaría el agua dulce desde Chapultepec hacia la capital tenochca y la remodelación, en una de sus múltiples etapas constructivas, de su famoso Templo Mayor, en el corazón mismo de la gran México-Tenochtitlan.
Historiador, poeta y amante de la naturaleza, el sabio Nezahualcóyotl conformó en Texcoco la biblioteca más importante del Valle de México. Gracias a su impacto cultural, en la ciudad ribereña se establecieron los primeros misioneros y se erigió también la primera escuela de enseñanza cristiana.
Algunos de sus poemas son:
Yo lo Pregunto
Yo Nezahualcóyotl lo pregunto:
¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra?
Nada es para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.
Aunque sea de jade se quiebra,
Aunque sea de oro se rompe,
Aunque sea plumaje de quetzal se desgarra.
No para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.
Alegraos
Alegraos con las flores que embriagan,
las que están en nuestras manos.
Que sean puestos ya
los collares de flores.
Nuestras flores del tiempo de lluvia,
fragantes flores,
abren ya sus corolas.
Por allí anda el ave,
parlotea y canta,
viene a conocer la casa del dios.
Sólo con nuestras flores
nos alegramos.
Sólo con nuestros cantos
perece vuestra tristeza.
Oh señores, con esto,
vuestro disgusto de disipa.
Las inventa el dador de la vida,
las ha hecho descender
el inventor de sí mismo,
flores placenteras,
con ellas vuestro disgusto se disipa.
No acabarán mis flores
No acabarán mis flores,
No cesarán mis cantos.
Yo cantor los elevo,
Se reparten, se esparcen.
Aun cuando las flores
Se marchitan y amarillecen,
Serán llevadas allá,
Al interior de la casa
Del ave de plumas de oro.
Vía México Desconocido.