Nuestro cerro del Piloncillo

Muchos empresarios de Irapuato e incluso como organizaciones empresariales coincidimos con la prioridad de la obra pública en Irapuato para mejorar habitabilidad y recibir en mejores condiciones a una enorme población flotante que nos visita día a día y al segmento turístico, al que debemos de arraigar, para que venga más seguido y nos recomiende.

En estos espacios hemos comentado la urgencia de proteger nuestro medio ambiente ante el desarrollo de la ciudad. Hoy nos preocupa la deforestación del cerro de Arandas y peor aún, el futuro del cerro del Piloncillo.

En las vialidades, como ciudadanos que transitamos todos los días en nuestra ciudad percibimos cuellos de botella en horas pico de excesivo tráfico. Un caso es en los alrededores de San Antonio de Ayala y en los alrededores de lo que conocemos como el cerro del Piloncillo.

En el artículo anterior comentamos el caso de la salida Irapuato a Abasolo, hacia donde se encuentran importantes valores como la Expo Agro Alimentaria, la ruta de la fresa y las zonas arqueológicas.

Un espacio más que requiere intervención es en los alrededores del Cereso e incluso en la salida a San Roque. En estos sitios urge ampliar y mejorar vialidades para una mejor movilidad.

En el caso del cerro de Arandas todos y cada uno de nosotros tenemos que ser lo suficientemente responsables para no agotar nuestro pulmón. El fraccionamiento que se desarrolló en lo que se conoce ahora como Villas de Irapuato, los habitantes contribuyen con plantaciones de árboles y plantas que ayudan a mejorar nuestro oxígeno. Esta tarea la estamos continuando con el programa emprendido en la AC Pasión por Irapuato, “una persona, un árbol”.

Los nuevos fraccionamientos en el cerro de Arandas deben de llevar implícita la responsabilidad de plantar miles de árboles y compensar los que hemos derribado. Esta es una tarea de cada persona, de cada familia, de cada fraccionador, y en especial de las autoridades municipales y estatales. Es una responsabilidad y una tarea de todos.

Por un lado hay una necesidad de vivienda para ciudadanos de aquí mismo y de visitantes, nuevos residentes, pero no a costa de esto vamos a destruir nuestro medio ambiente, nuestra vegetación. Todos debemos de compensar plantando y promoviendo plantaciones de árboles.

Como AC Pasión por Irapuato hicimos una amplia convocatoria y en distintos puntos de la ciudad nos invitaron a plantar árboles. Una y otra vez nos quedamos sorprendidos de la enorme sensibilidad que existe entre las personas por mejorar su medio ambiente.

Estamos convencidos de que el arquitecto Ricardo Ortiz le debe de poner más atención al desarrollo alrededor del cerro del Piloncillo, figura que es parte de nuestro escudo de la ciudad.

Si no frenamos el que se acaben el cerro del Piloncillo, en años más adelante nos acabaremos el cerro de Tamaula y eso, ni Dios no lo perdona.

Tengamos Pasión por Irapuato.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll to Top