Nuevamente es derrotada la División del Norte

En la madrugada del día 15 de abril de 1915, Obregón consultó con sus comandantes sobre el estado de las tropas, a fin de poder iniciar un ataque a primeras horas. La respuesta fue optimista.

Las tropas constitucionalistas pasaron a la ofensiva, con lo que la División del Norte fue sacada de balance por la sorpresa. De inmediato, la batalla se generalizó: los villistas aún desconcertados, fueron desplazados de la Estación Crespo a la hacienda de Las Trojes, por el norte. Por el centro, las tropas constitucionalistas habían hecho retroceder más rápidamente a los villistas, quedando aislado el núcleo de las Trojes. Por el medio día, la batalla estaba decidida a favor de Álvaro Obregón. Al caer la noche, los últimos villistas que luchaban en las Trojes, fueron atacados, y huyeron hacia Juan Martín y Jofre, por cuyos campos iban tirando el armamento: Se consumó la derrota de Villa.

El campo se ve regado con cuatro mil cadáveres. Los heridos llegan a cinco mil.

Influencia estadounidense en el combate

Durante los combates, los villistas notaron que algunas balas con las que estaban dotados, no hacían ningún daño. Las balas disparadas caían a unos 40 o 50 metros. Al parecer, los casquillos tenían sólo un cuarto de pólvora que debían tener. “Los gringos habían enviado parque de palo”, repetían las propias huestes de las filas villistas.

Según el historiador y arqueólogo, Julio Jorge Celis Polace, mencionó que los Estados Unidos, en su política intervencionista, decidían a qué grupo apoyar. Este hecho fue determinante para definir las Batallas del Bajío. Agregó que en la última remesa enviada a Villa, sin que él supiera, había dos millones de cartuchos de salva, es decir, de madera forrada con latón.

Gran botín queda en poder de carrancistas

Tras la batalla, quedan en poder de las fuerzas carrancistas 32 cañones de grueso calibre, mil caballos ensillados y seis mil prisioneros. El general Álvaro Obregón, ordenó fusilaran a todos los jefes y oficiales villistas que habían caído prisioneros en la batalla. Se forman así, en dos filas, 60 hileras, 120 hombres en total.

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