Que no muera la esperanza

Para constituir el objeto social de la asociación civil Pasión por Irapuato levantamos sondeos de opinión, realizamos recorridos por colonias, comunidades y organizamos foros con la invitación a conformar una galería de sueños y lo que obtuvimos de centenares de personas, de miles de personas, fue que en la sociedad sigue la esperanza de un futuro mejor, pero también y con un sentido muy grave, que la ciudadanía está cansada, que está perdiendo la fe en partidos y en sus candidatos.

Quizá por esto las elecciones que vienen son un gran reto para los partidos. Ya no es sencillo emocionar a los electores, a menos que cuenten todos con magníficos perfiles y estos candidatos con buenas propuestas y que también se realicen buenas campañas. El reto es grande: convocar a que la gente vote en momentos en que está a punto de perderse la esperanza.

De acuerdo a diversas encuestas, los temas de corrupción, falta de empleos bien pagados y la inseguridad son los factores que han provocado la pérdida de confianza de la sociedad en los partidos políticos, en los candidatos y en los gobiernos. Los ciudadanos están decepcionados por los escandalosos casos de corrupción, porque no se ofrecen nuevas alternativas de trabajo en las ciudades y la grave y latente inseguridad.

En mi opinión, también vemos una sociedad alejada de sus gobernantes porque se ha perdido el espíritu de gran servicio en la administración pública. La burocracia, burocracia es y en muchos casos pierde de vista que el patrón es el ciudadano y curiosamente al ciudadano es al que tratan con la punta del pie.

Este mal de la burocracia es porque no se tiene una sensibilidad social. Los burócratas no saben que quien manda es el ciudadano y es en esta parte donde los gobiernos deben de trabajar con sus áreas de atención al público tanto en los órdenes municipales, estatales y federal.

También para que no muera la esperanza entre los ciudadanos, los diputados y senadores deben de contribuir a este rescate de la esperanza y aunque su trabajo es hacer leyes, ellos también cuentan con un presupuesto para la gestión y partidas de apoyos sociales. En muchas ocasiones esos diputados ya no regresan ni a las colonias ni a las comunidades a cumplir sus promesas y ya en el cargo de manera muy simple se deslindan.

Pero también hay que decirlo, el ciudadano deben de ir en busca de su propia esperanza, con ideas y trabajo incansable, pero también es cierto que el cambio lo deben de comenzar los gobernantes y nuestros legisladores. Finalmente, todos debemos de apostarle a alimentar nuestra sensibilidad social porque en este barco vamos todos y todos queremos que nos vaya bien. Aquí coincidimos todos: bien nuestro entorno, bien nosotros, todos nosotros.

Tengamos pasión. Pasión por Irapuato.

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