¿Quién fue el Padre Luis Felipe Neri de Alfaro?

El Padre Luis Felipe Neri de Alfaro, nació en la Ciudad de México, el 25 de agosto de 1709. Adolescente, principió a estudiar teología y filosofía en el Real Pontificio Seminario de México, con un gran aprovechamiento; Allí empezó a conocer místicos y ascetas, cuyas enseñanzas y vías más tarde imitaría. En 1729, se graduó de bachiller en Teología y siguiendo la carrera sacerdotal.

Al terminar con éxito sus estudios, Luis Felipe Neri, tenía halagadoras perspectivas en el mundo, que le brindaban sus parientes y amigos; pero prefirió dejarlas y retirarse de la capital virreinal (ciudad de México), y se fue a la Villa de San Miguel el Grande (hoy de Allende).

Ahí estaba la Congregación del Oratorio, que había sido fundada en por el Dr. Juan Antonio Pérez de Espinosa, cura de Pátzcuaro, al dar unas misiones en compañía del célebre apóstol franciscano, Fr. Antonio Margil de Jesús. En breve logró Luis Felipe Neri, ser recibido el 26 de mayo de 1730. En la Congregación del Oratorio, se ordenó de sacerdote Luis Felipe Neri y empezó sus tareas apostólicas, de las que subsisten la iglesia de San Rafael, contigua a la Parroquia, con su Santa Escuela de Cristo; la Capilla de Nuestra Señora de la Salud, y la impresa Novena a e San Miguel el Grande (hoy de Allende).

Resolvió construir un Santuario a Jesús Nazareno, así como una Casa de Ejercicios Espirituales anexa. El lugar se llamaba Atotonilco, por lo caliente de sus aguas, derivaba de la palabra náhuatl atotonilli, agua caliente y co, partícula locativa. Santuario Jesús Nazareno de Atotonilco

Dícese que “es tradición ininterrumpida y constante durante más de dos siglos, que el P. Alfaro volvía a predicar unas misiones el Dolores Hidalgo, y que descansó debajo de un mezquite que había en donde ahora se levanta el venerado Santuario, y que, en sueños, vio a N. Sr. Jesucristo, coronado de espinas y llevando la Santa Cruz sobre sus hombros, el cual decía que era su voluntad, que aquel lugar se convirtiera en lugar de penitencia y oración, y que al efecto se levantara allí un templo”

Las pinturas murales y todo género de resquicios que decoran el admirable e histórico recinto, fueron ejecutadas con valiosas cualidades plásticas por el singular artista de raíz popular, Miguel Antonio Martínez de Pocasangre.

En el año 2008, fue reconocido como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, se ubica desde su fundación, en 1740 (siglo XVIII) continúa siendo un lugar de adoración y peregrinaje. Su gran atractivo arquitectónico ha sido cuidadosamente restaurado durante los últimos diez años.

Cuenta con pinturas y frescos de gran relevancia, además de tesoros de escultura barroca y dos óleos que comparan las similitudes entre San Miguel de Allende y Jerusalén (se trata de uno de los registros históricos más antiguos de la traza urbana de la Villa de San Miguel el Grande).

El primer estandarte de la guerra de Independencia fue tomado de su altar principal por el Cura Hidalgo, un lienzo de la Virgen de Guadalupe que ahora se exhibe en el Museo Nacional.

Capilla Sixtina de Latinoamérica

De acuerdo a El Universal:

“Su arquitectura es de un estilo llamado barroco popular mexicano. Conserva una fachada sencilla pero, en su interior, el visitante se sorprenderá al contemplar los frescos de Antonio Martínez de Pocasangre. El maestro, quien solo pintaba de día y estudiaba la perspectiva desde sus andamios, cubrió casi en su totalidad muros, techos, columnas y bóvedas con imágenes profusas pintadas al óleo que representan “La Pasión de Cristo”.

Los expertos aseguran que su obra tiene influencia del arte flamenco pero también tiene elementos del arte indígena. Son alrededor de 2,500 metros cuadrados de superficie cubiertos con diferentes técnicas: “al fresco, al temple, sobre canvas y asombrosamente, sobre plata” según se lee en el sitio de turismo Tierra Adentro San Miguel de Allende (tasma.com.mx); es por ello que se le bautizó como la “Capilla Sixtina de Latinoamérica”.

El santuario de Atotonilco está integrado por siete capillas que se fueron construyendo en varias etapas de su historia. Además de las capillas del Santo Sepulcro y del Calvario, se conservan la de Belén, dedicada a la Natividad; la capilla del Cenáculo, que pertenece a la Virgen de la Soledad; de la patrona de San Miguel de Allende, la Virgen de Loreto; del Rosario; y de la Purísima.

Casa de los Ejercicios Espirituales

Su origen lo expone el padre Luis Felipe Neri de Alfaro, en su Novena de Jesús Nazareno, diciendo, según se ha arriba trascrito:

(el) Santuario, que infunde devoción y mueve a ternura, ha atraído muchas almas, pues acuden varias personas de diversas partes de la Nación a ejercicios, confesiones y comuniones, rodeado a veces de muchas leguas los caminantes por ver y visitar aquel relicario: y lo que más admira es la frecuencia de los sacramentos en aquel retiro, porque los domingos ven comulgar muchas personas, las más, que vienen de media, una y dos leguas, sin las muchas que entre semana lo practican, motivo porque se ha emprendido hacer la casa de los ejercicios.

Su Muerte

Un viernes 22 de marzo de 1776, dejó de existir el padre don Luis Felipe Neri de Alfaro, en el humilde poblado de Atotonilco, cercano a San Miguel el Grande (hoy de Allende), Gto. Fuentes de la biografía del Padre Luis Felipe Neri: Páginas Históricas de San Miguel de Allende: Antonio Ruíz Valenzuela; El Venerado e Histórico Santuario de Atotonilco; Monseñor José Mercadillo Miranda; Calendario Histórico Guanajuatense: Erasto Cortés Juárez; Luis Felipe Neri de Alfaro; José Bravo Ugarte; San Miguel de Allende: Francisco de la Maza, El Universal.

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