Marcelino Mangas, como era su verdadero nombre, fue un sacerdote humilde y ejemplar, entre sus virtudes lo destacaban como un gran patriota o de insigne maestro de lo que dio prueba y testimonio en todas las ocasiones de su vida, transmitiendo esos altos valores a sus alumnos. Mientras fue rector paso por diversos momentos de contrariedades y problemas pero eso no lo logró doblegar.
El Presbítero Mangas de la Rabia fue discípulo de Miguel Hidalgo y Costilla y amigo cercano de José María Morelos y Pavón, a quienes conoció en el Colegio de San Nicolás en Valladolid. A estos personajes los unía un espíritu libertario y un ideal de igualdad, aunque eligieron trincheras distintas, pues don Marcelino llevó sus principios al ámbito de la educación, en lo que es hoy la Universidad de Guanajuato.
El Sacerdote prolongó la impartición de sus clases de esta manera hasta que se estableció la República, en 1828, año en que se creó la entidad estatal guanajuatense; de ahí el nombre de Colegio del Estado. Gracias a él se realizó la reforma completa del antiguo Colegio en participación con el primer gobernante de ese régimen, Don Carlos Montes de Oca, y el cambio en un establecimiento oficial sostenido por el Gobierno y la caridad de personas altruistas en 1732, como su fundadora Doña María Josefa de Busto y Moya, cuya efigie esculpida en bronce se localizaba en la entrada principal del edificio, y a Don Pedro Bautista Lascuráin de Retana, nombre que lleva la calle donde se ubica la que hoy es la Universidad de Guanajuato.
El Padre Mangas fue el primer Rector del Colegio del Estado en cuya gestión se crearon tres carreras: la Eclesiástica; la del Foro (la carrera de Derecho); y la de Minería.
Su obra abarcó no solo la enseñanza, sino la creación de bibliotecas, el mejoramiento de la infraestructura, y el “inculcar los valores en sus estudiantes, lo que lo llevó a promover nuevos programas educativos”.
Muerte del Padre Marcelino
El 26 de septiembre de 1856, murió el Padre Marcelino Mangas, a la avanzada edad de 84 años, rector del Colegio que dedicó su vida a la educación y Primer Rector del Colegio de la Purísima Concepción, (en su reapertura de 1828) antecedente de la Universidad de Guanajuato.
Su cuerpo fue depositado en el presbiterio de la capilla del Colegio del Estado, ahora Salón del Consejo Universitario, en donde actualmente se encuentra. El sitio está señalado por una placa cuyo epitafio dice: “Solícito inculcó a la juventud la ciencia, el patriotismo y la virtud.”
La Biblioteca Armando Olivares resguarda uno de los libros que pertenecieron al Padre Marcelino Mangas.
Fuentes: Universidad de Guanajuato, Milenio.