Gertrude Duby de Blom nació en la campiña cercana a Berna, una ciudad de Ios Alpes Suízos en 1901. Su nombre de soltera era Gertrude Loertscher, nombre que cambió por el de Duby, que era el apellido de su primer marido, para cambiarlo una segunda vez por el de Blom, su último esposo.
Fue activista política y formó parte de la Juventud Socialista en Suiza y Alemania, donde siguió trabajando incluso después de que Hitler asumió la presidencia.
Su infancia transcurre tranquilamente en Wimmis, donde su padre oficiaba como ministro de la Iglesia protestante; al regresar a Berna, todavía adolescente, inicia amistad con su vecino el señor Duby, quien trabajaba como oficial de ferrocarriles, a la vez que ocupaba el cargo de secretario general de la Unión de Trabajadores Ferrocarrileros de Suiza. Este hombre es quien la introduce en las ideas socialistas; en compañía del hijo del señor Duby, de nombre Kurt, participa en las filas del Partido Democrático Socialista Suizo, cuando apenas tenía 15 años. Después de realizar estudios de horticultura, se traslada a Zurich en donde asiste a la cátedra de trabajo social. En 1920, participa como estudiante en la fundación del Movimiento Socialista de la Juventud y comienza su carrera de periodista, escribiendo para los diarios socialistas Tagwacht, de Berna, y Volksrecht, de Zurich.
A los 23 años decide viajar con el afán de hacer reportajes para periódicos suizos acerca del movimiento socialista en otros lugares de Europa. En 1923 se instala en Inglaterra, y vive como voluntaria con una familia cuáquera. Inicia un intenso contacto con el Partido Laborista inglés, donde tiene la oportunidad de conocer a George Bernard Shaw, entre otros.
Con la intención de aprender italiano, viaja a Florencia; comprometida con la lucha social, continúa su labor de periodista y participa en movimientos antifascistas. En 1925 es arrestada junto con otros socialistas, y luego de un largo interrogatorio de cinco horas, es encarcelada durante una semana y deportada a Ia frontera suiza. En aquel lugar la esperaba Kurt Duby, desde donde viajan por tren a Berna; a su llegada, es recibida por una multitud que agitaba banderas rojas y consignas. Después de lo ocurrido, su familia, de ideas conservadoras, ya no la aceptaría.
Unos días después de su arribo, Trudy y Kurt se casan. Ella llevará el apellido Duby durante casi toda su vida, ya que sólo en los últimos años adoptará el de su segundo esposo. Es probable que debido al dolor que le produjo el rechazo paterno o como un homenaje al padre de Kurt, aun después de separarse de él, siguió usando su apellido. Luego de casarse con Kurt, ambos trabajan en el Partido Social Demócrata. Surgen diferencias políticas y personales entre ellos que los llevan a separarse al tercer año de matrimonio. Decide viajar a Alemania, donde era requerida como oradora. Kurt continúa su trayectoria política y llega a ser un destacado miembro del Parlamento Suizo y juez de la Suprema Corte de Justicia.
Estuvo en contra de la guerra
En Alemania, Gertrude Duby milita en el Partido Comunista; poco después decide unirse a la corriente que formará el Partido Socialista de los Trabajadores. En enero de 1933, Alemania inicia su calvario: han elegido canciller a Hitler. Gertrude, previniendo su deportación, se casa con un compañero alemán para obtener la ciudadanía. Aun así, aparece en una lista negra y es perseguida por la policía nazi. Debe vivir clandestinamente, cambiando de lugar cada noche, pero su trabajo de denuncia del régimen dictatorial no cesa y diariamente los periódicos suizos reciben sus artículos. Despacha los reportajes desde distintos lugares, siempre con la policía tras ella. Finalmente, para salir de la Alemania nazi consigue un pasaporte falso que le permite cruzar a Francia, en donde durante cinco años realiza una intensa campaña en contra del fascismo.
Debido a su gran reputación de luchadora social fue llamada a Paris para unirse a la organización de Lucha Internacional en Contra de la Guerra y el Fascismo, pues el inicio de la guerra parecía ya inminente y era necesario hacer todo lo posible por detenerla. Viaja en 1939 a Estados Unidos y participa en la organización del Congreso Mundial de Mujeres en Contra de la Guerra. Regresa a París cuando la insensatez bélica ha comenzado. Francia ha sucumbido a las presiones alemanas y ordenan detener a todos los luchadores antifascistas que no sean franceses. Gertrude es recluida en un campo de prisioneros en el sur de Francia, pero afortunadamente el gobierno suizo se entera e inicia gestiones para lograr su liberación, la cual consigue cinco meses más tarde llevando a Trudy de vuelta a su país natal. Ya en Suiza, decide anular el matrimonio alemán y con ello recobra su pasaporte suizo, el cual le permite viajar a Estados Unidos para organizar un fondo para refugiados de la guerra.
Trabajo en México
Conoce al secretario del Trabajo de la época, quien la contrata como periodista y trabajadora social; su encomienda es estudiar el trabajo de las mujeres en las fábricas, lo que la lleva a viajar por los estados del norte y centro de la República mexicana. En Morelos establece contacto con la revista Zapatistas, editada por mujeres que habían peleado junto al general Zapata, y colabora con sus escritos.
Es en esa época cuando compra una cámara Agfa Standar en $50.00 a un inmigrante alemán de apellido Blum, quien le da algunas nociones elementales de su uso y le enseña a imprimir rudimentariamente. Su motivación por la fotografía no fue de origen estético, pues una vez más su ánimo de lucha estaba presente: ella vio en la fotografía una herramienta de denuncia, de ahí el gran interés que le despertara. Ya no abandonaría nunca más su cámara.
En 1943, viaja en la primera expedición del gobierno a la selva Lacandona; su trabajo consiste en documentar el viaje con fotografías y escritos periodísticos. Esa expedición le reservó el descubrimiento de dos nuevos amores en su vida: primero el de aquellos que conformarían su nueva familia, sus hermanos los lacandones, y segundo, el del arqueólogo danés Frans Blom, con quien compartió los siguientes 20 años, hasta la muerte de él.
Gertrude fue ante todo una humanista que luchó por sus convicciones, que no cesaron jamás. En 1944 publicó su primer libro titulado Los lacandones, un excelente trabajo etnográfico. EI prólogo, escrito por su futuro esposo, descubre el valor humano de la obra de Duby: Debemos dar las gracias a la señorita Gertrude Duby, por habernos permitido conocer que este pequeño grupo de indios mexicanos son seres humanos, son hombres, mujeres y niños que viven en nuestro mundo, no como animales raros u objetos de vitrina de museo, sino como parte integrante de nuestra humanidad.
Eu 1946 publica un ensayo titulado ¿Hay razas inferiores?, tema candente al finalizar la Segunda Guerra Mundial, donde apunta la igualdad de los hombres y la construcción común de la vida en libertad. Su obra no se detiene: junto a Blom viaja y conoce la selva Lacandona palmo a palmo y a sus habitantes, de quienes se convierte en incansable defensora.
En 1950 compran una casa en San Cristóbal de las Casas que bautizan con el nombre de Na Bolom. Na, en tzotzil significa “casa” y Bolom, es un juego de palabras, debido a que Blom es confundido con BaIum, que quiere decir “jaguar”. Su objetivo fue albergar un centro de estudios sobre la región y principalmente acoger a los Lacandones que visitan la ciudad.
Murió en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, el 23 de diciembre de 1993.
Fuentes: México Desconocido, NA BOLOM, asociación Cultural. Fotográfica Mx.