Controvertido, polifacético, culto e innovador son algunos de los atributos que le podemos acreditar a Orson Welles, quien ha dejado una huella imborrable en la cultura del siglo XX como realizador, productor y guionista cinematográfico; como actor, adaptador y director de teatro así como de programas radiofónicos y televisivos.
George Orson Welles, más conocido como Orson Welles, nació el 6 de mayo de 1915 en Kenosha, Wisconsin, fue el segundo hijo de Beatrice Ives, una pianista y sufragista que había cumplido condena por sus opiniones políticas fuertemente radicales y Richard Wells, rico empresario automotriz e inventor aficionado.
La obra de Welles ha trascendido a pesar de los obstáculos a los que se enfrentó por su recia personalidad, especialmente con los estudios, productores, distribuidores y exhibidores cinematográficos de su país.
Reconocido como uno de los genios más brillantes del teatro, la radio y el cine, Orson Welles, con su mente creativa, fue capaz de transformar los medios en los que se desarrolló.
Sus películas, sus puestas en escena, sus espectáculos televisivos y hasta sus programas radiofónicos, ponían y siguen poniendo a pensar a quienes se acercan a su obra.
La guerra de los mundos
Alcanzó el éxito a los 23 años de edad, por su narración radiofónica La guerra de los mundos, que causó conmoción en los Estados Unidos cuando la gente que estaba escuchando el programa asumió aterrorizada que se trataba de una verdadera invasión de extraterrestres.
Todo mundo recuerda la transmisión radiofónica de La guerra de los mundos, ocurrida un domingo 30 de octubre de 1938, a partir de las 20:13 horas. La narración duraba una hora.
La noche de Halloween fue el pretexto perfecto para un programa radiofónico basado en la novela de Herbert George Wells La guerra de los mundos, de 1898. La narración del actor y futuro director de cine Orson Welles desdibujó la fina línea que a veces se encuentra en los medios entre realidad y ficción.
“Hoy sabemos que en los primeros años del siglo XX nuestro mundo estaba siendo observado por unos seres más inteligentes que el hombre y, sin embargo, igual de letales”, comenzaba la dramatización. Instantes antes, un mensaje informaba de que se trataba de una obra de ciencia ficción.
Más de su obra
Su cultura enciclopédica avasallaba a sus productores y luego contrincantes, atraía a las mujeres y a los actores que trabajaron con él en sus aventuras. También se ganó la admiración y el respeto de los jóvenes realizadores y críticos cinematográficos.
“El cine norteamericano anterior a 1940, fue indudablemente un cine de ilusión – y el cine de Welles es un cine de ilusión desvanecida”, escribió acertadamente Peter Cowie en su libro El cine de Orson Welles (Ediciones Era, 1969).
Su cinta más emblemática, Por Juan Jiménez Patiño El ciudadano Kane (E.U.A., 1941), que durante varias décadas fue considerada como la cinta más importante de la historia del cine mundial, conserva la actualidad y la vigencia de cuando se estrenó, especialmente ahora que los poderes mediáticos continúan manipulando a su antojo las expectativas sociales y políticas de las personas.
Sus otros filmes como Soberbia (1941), El extranjero (1946), La dama de Shanghai (1947), Macbeth (1947-50), Otelo (1949-52), Mr. Arkadian (1954-56), Sombras del mal (1957-58), El proceso (1962), Campanadas de media noche (1964-66), Historia inmortal (1966-68) y hasta sus proyectos inacabados, que posiblemente algún día conozcamos, nos muestran a un artista y hombre de su tiempo que dejó huella y conocimiento del ser humano (con sus aciertos y errores) en las cintas de celuloide.
Sus días en México
Su primer encuentro con México se dio por el amor que Welles sentía por una mujer. En los años de la década de 1930, durante una fiesta ofrecida por aristócratas estadounidenses, el director se encontró con la diva mexicana Dolores del Río. A pesar de que ella se encontraba casada con el director de arte Cedric Gibbons, Dolores y Welles comenzaron una relación. Se rumora que una de las películas de Orson, llamada Elena Mediana, fue una obra en honor a Dolores del Río. Sin embargo, la relación terminaría unos meses después.
Tiempo después, Welles vendría a México en 1946 con su entonces esposa, Rita Hayworth. Esto con la intención de filmar su nueva película: La dama de Shanghái, en Acapulco, Guerrero.
En 1955, el director adaptaría uno de sus libros favoritos, El Quijote de la Mancha a la pantalla grande. Esta obra se filmaría en la Ciudad de México, Puebla y distintos pueblos al centro del país.
Orson Welles falleció en Los Ángeles, California, el 10 de octubre de 1985.
Con información de la Filmoteca de la UNAM, México Desconocido, National Geographic.