El 23 Julio de 1808 el teniente Ignacio Allende envía una carta al cura Miguel Hidalgo, que se encontraba en la Villa de Dolores.
El fraile Gregorio Hernández (un fraile carmelita que colgó los hábitos y acabó de general de la República), llegó al pueblo de Dolores con una carta de Allende para Hidalgo y al poco rato de habérsela entregado llegó el propio Allende con Aldama, Arias y Mariano Abasolo, y yéndose todos debajo de un árbol les leyó el cura un “plan” que tenía hecho, al cual Allende “le puso algunas reflejas”, conviniendo después todos en hacer la Independencia el día de San Miguel, de 1810.
Mayo 25 de 1810
Hubo una carta de Ignacio Allende a Don José Miguel Yáñez, y que se copió íntegra, por ser quizá la única autógrafa que de su clase exista aunque en un solo párrafo hable de la Independencia, el todo de ella da también alguna idea de su carácter.
Dice así: “Sr. Don José Miguel Yáñez, San Miguel, 25 de mayo de 1810.__Muy señor mío y amigo de toda mi estimación: Habíame detenido en dar contestación a su carta 3 del corriente, creído que lo verificaría en lo verbal, pues si no se hubiera atravesado el ajuste cuatrimestre, seguramente habría marchado para esa: más temiendo por supuesto, que la familia de esa casa vendrá breve, diré a usted mi dictamen, ya que tuvo la bondad de pedírmelo.
Estoy persuadido de que en la variación acerca del título o empleo, he de tener alguna parte, y por eso, tratando ya de separar a mi tocayo del oropel del mundo, por ejemplo, a usted, diciendo: Don Miguel Yáñez le es a usted útil, en el giro de su casa, y el mismo no lo será si afuera usted su persona con un empleo que lo distraiga. Esto tengo presente y por tanto puede depender aquella variación de principios inocentes, y por consecuencia, debe manejarse el asunto, con toda la prudencia de mi amigo Don Miguel Yáñez. He manifestado mi sentir, sujetándolo a cualquiera otro que será más acertado.
Con fecha del 12 del que rige me comunica Don Ignacio Villaseñor su grave cuidado, lo que como debo he sentido y más cuando temo que su amante familia, anegada en tal tumulto de pesadumbres, caiga en los males que son consiguientes.
No ha sido corto el apetito que usted me da con el anuncio de la vinculación de Iturrigarai, más de esta materia trataremos a nuestra vista, ya que no lo quiere usted fiar al papel.
“A beneficio de la naturaleza que me repuse perfectamente, y creo que los pujos me vinieron grandemente, pues esa purga me tiene limpio y fuerte, que me siento capaz de tomar el sable, poner la patria en libertad, sacudir el yugo…y conservar esta preciosa América, a sus legítimos señores… ¡Ojalá y tuviera quinientos hombres del entusiasmo y brío del amigo Don Miguel! Pero si mi desgracia no me franquea, ¡Seré yo solo, ya que mis paisanos hacen del sordo!”. Ignacio Allende y Unzaga”.
En el mes de Julio de 1810 sale Ignacio Allende y Unzaga de San Miguel el Grande junto con don Juan Aldama a hacer una visita a sus aliados, principiando por el Marqués de Jaral en su hacienda, enseguida por Salvatierra, Celaya y Querétaro.
El 31 de Agosto de este mismo año le escribe Allende una carta al cura Miguel Hidalgo desde San Miguel el Grande en la que señala que:
“Se resolvió obrar encubriendo cuidadosamente nuestras miras, pues si el movimiento era francamente revolucionario no sería secundado por la masa general del pueblo.”
El 9 de Septiembre de 1810, una carta anónima en San Miguel el Grande, da mucha luz, sobre la anticipación de Allende en la Independencia.
Dice así:
“Prometí estar a la mira de lo que ocurriere y dar aviso si fuere necesario. Los capitanes de este Regimiento de Dragones de la reina, don Ignacio Allende y don Juan de Aldama, se les ha observado salir fuera de la Villa, ya al pueblo de Dolores y también a Querétaro, y de estas resultas algunas personas hablan de ellos, en particular del primero. Este hallándose acantonado en San Juan de los Llanos cuando vino la noticia de la prisión de Fernando VII puso en el cuarto de su prevención un letrero que decía: “Independencia cobardes criollos”.
“Esto lo declara del mismo regimiento don Alejandro Santelices” (parte de la carta)
Esta carta, sin duda verídica, pues cita a personas que hubieran podido desmentirla en caso de falsedad, viene a comprobar que fue Allende el primero, único y verdadero promotor de la revolución de Independencia, toda vez que ya el 9 de septiembre, es decir seis días antes del grito de Dolores, se sospechaba de él y de Aldama, más no de Hidalgo.