El 2 de febrero de 1861, Presidente Benito Juárez, decreta que son secularizados todos los hospitales y casas de beneficencia que por muchos años habían sido administradas por el clero, quedando afectos a esos establecimientos las fincas, capitales y rentas de cualquiera clase que les correspondían, decreto que fue un complemento de las Leyes de Reforma.