El pasado sábado 11 de enero se realizó un homenaje a través de una instalación por las víctimas de feminicidio en el Zócalo capitalino, esto ante el incremento de crímenes y violencia en contra de las mujeres.
El proyecto conocido como “Zapatos Rojos” es una iniciativa creada hace 10 años por la artista mexicana Elina Chauvet para dar visibilidad a los feminicidios y a la impunidad que se vive en el mundo contra las mujeres.
Para esto, se convoca a todos los asistentes a llevar zapatos pintados de rojo y colocarlos en la plancha del Zócalo, donde también se invita a participar por la lucha de justicia contra mujeres con propuestas de arte, música, poesía, performance, a través de un micrófono abierto.
¿Quién es Elina Chauvet?
Elina Chauvet es originaria de Chihuahua. Estudió Arquitectura en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez y Arte de manera autodidacta. Su obra toca la violencia y otros problemas sociales y políticos, pero es conocida internacionalmente por Zapatos rojos, proyecto que busca preservar la memoria de las víctimas de violencia de género.
La pieza itinerante ha roto las barreras geográficas, pues se ha presentado en México, países latinoamericanos y europeos durante una década. Pero el montaje del sábado 11 de enero en la CDMX fue conmemorativo por dos razones: su décimo aniversario y el de la muerte de la hermana de Chauvet, quien fue asesinada por su marido en 1992.
La primera vez contó con 33 pares de zapatos, fue un 22 de agosto en la avenida Benito Juárez, donde se han cometido crímenes de género.
“La obra está dedicada a mi hermana que fue víctima de violencia doméstica. Hoy cumple 28 años de fallecimiento y para mí también es un momento para recordarla”.
¿Por qué los zapatos son rojos?
Los zapatos son una prenda testimonial de una desaparición o un asesinato. De acuerdo con Chauvet, el color rojo es por la sangre derramada, pero como es un proyecto que lleva un mensaje de esperanza, también representa el amor de las familias de las mujeres que ya no están con nosotros.
Zapatos rojos deja de ser de una autora para convertirse en una expresión colectiva. De ahí que al calzado lo acompañen fotografías y cartulinas con consignas como “No más muertas” o que zapatistas realicen cantos alrededor.
Primero convoca a hacer donaciones de zapatos. Después, hay talleres donde se habla de feminicidios y desaparición que pueden durar de dos meses a un año. Luego los propios voluntarios pintan el calzado en el lugar donde se realizará la instalación y la última fase es el montaje.
Fuentes: Reporte Índigo, La Silla Rota