Año de 1981
La Ópera de Cámara del Teatro Colón, de Argentina, interpretó La finta giardiniera, la famosa composición operística en tres actos de Wolfgang Amadeus Mozart para el Carnaval de Múnich. Por su parte, la Ópera y el Ballet del Estado de Hungría compartieron éxitos con la Orquesta Sinfónica de Xalapa al ofrecer a los asistentes El príncipe de madera y El mandarín milagroso, obras escritas en Budapest por Béla Bartók, en 1917, y la ópera no tan convencional del mismo autor El castillo de Barba Azul, sin obertura, arias ni dúos, bajo la dirección de los húngaros János Sándor y Miklós Lukács.
El elenco internacional conformado para el Festival de 1981 fue muy vasto y ecléctico, como puede corroborarse con los siguientes artistas de comprobada calidad: el Cuarteto de Piano de Israel, la Orquesta Filarmónica de Nueva York, la Orquesta Filarmónica de Viena, la Orquesta del Mozarteum de Salzburgo, Pierre Fournier de Francia, Ingrid Haebler de Austria, Yehudi Menuhin de Estados Unidos, Birgit Nilsson de Suecia, György Sandor de Hungría, Rudolf Serkin de Alemania, Joan Baez de Estados Unidos, Gilbert Bécaud de Francia y Roberto Darvin de Uruguay.
De la parte nacional se preparó una serie de obras musicales denominada Ciclo de Compositores Jóvenes Mexicanos, en la que se incluyó a intérpretes de lo más variado, como la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guadalajara, Lourdes Ambriz, Susana Herner, Mario Lavista, Francisco Núñez y Jasso Villazul.
En el campo de la danza, el Ballet Australiano y la Orquesta Sinfónica de Veracruz se presentaron en el FIC con una opereta escrita en alemán por Victor Léon y Leo Stein, musicalizada por el húngaro Franz Lehár, La viuda alegre, dirigida por Dobbs Franks, músico estadunidense residente en Australia. El Ballet de Bali se lució con una vistosa y hermosísima ceremonia dancística denominada Pendet, que en Indonesia se utiliza con espíritu gozoso para purificar el teatro donde se habrán de presentar otros espectáculos; esta obra fue dirigida por I Njoman Djaja de la India.
Asimismo, el Ballet Stuttgart y la Orquesta del Teatro de Bellas Artes lucieron su categoría interpretativa con La fierecilla domada de William Shakespeare, a cargo de Micheal Collins y Friedrich Lehn en la dirección. Linsday Kemp ofreció al público cervantino uno de sus míticos montajes: Flowers.
Se cerró esta edición del Festival con las actuaciones llenas de esplendor del Ballet Nacional de Costa de Marfil, el Ballet Nacional de Turquía, el Ballet Teatro del Espacio, el Conjunto Acrobático Chino de Hebei, el Conjunto Folclórico Trakia de Bulgaria, la Danza Drama Kathakali de la India y el Ballet Folclórico de Amalia Hernández.